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Invaciones inglesas

Invaciones inglesas

condujo a un permanente embate inglés contra las posesiones coloniales de Francia, un ataque británico a las colonias españolas en América era posible y quizás probable, a pesar de que el pensamiento estratégico del gobierno británico por el momento no favorecía tal operativo debido a que tendería a consolidar la alianza franco-española. Sin embargo, el azar, que en esta instancia se tradujo en la desobediencia de un marino inglés, intervino en esta historia de manera de materializar lo que aparentemente era una gran oportunidad para el Reino Unido: fortalecerse en un enclave estratégico en la América meridional.
En efecto, la decisión de lanzar una invasión al Río de la Plata fue una iniciativa personal del Comodoro Sir Home Popham. Popham era amigo del revolucionario venezolano Francisco Miranda, que años atrás había ofrecido al primer ministro británico William Pitt el Joven la hegemonía del mercado indiano a cambio de la independencia sudamericana. Varios proyectos para la independencia de las colonias españolas habían sido presentados al gobierno británico por Miranda, incluyendo una suerte de monarquía constitucional con un Inca como emperador. Sin embargo, la paz de Amiens de 1802 detuvo estos proyectos, que habían interesado al gobierno británico. Popham había apoyado estos planes, e incluso había presentado un proyecto en noviembre de 1803 que incluía la conquista de Buenos Aires.
No obstante, el gobierno inglés no concedió ayuda a Miranda. Cuando gracias a la victoria de Trafalgar la armada inglesa adquirió mayor libertad de maniobra, el ministro de guerra lord Castlereagh prefirió lanzarse a la conquista del Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur del continente africano, que estaba débilmente defendido por los holandeses. Popham fue designado para encabezar la flota, y el mayor general sir David Baird fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas expedicionarias británicas. Habiendo logrado la conquista de Ciudad del Cabo el 25 de julio de 1805, e inspirado por las ideas de Miranda, Popham renovó su proyecto y se dirigió hacia el Río de la Plata por su cuenta, aunque con la anuencia de su jefe, el general Baird. Popham obró a pesar de la orden de Pitt del 29 de julio de 1805, de suspender “toda operación hostil a España en Sud América”. Lo hizo sin saber que Pitt había muerto en enero de 1806, confiado del éxito, y creyendo que a pesar de su desobediencia, éste lo recompensaría por sus servicios, ya que después de la derrota de Austerlitz y el fracaso de Miranda en Venezuela, el gobierno británico necesitaba políticamente de un éxito como compensación. No se equivocó demasiado, ya que enfrentado al hecho consumado, el gabinete inglés apoyó la decisión de Popham, y entusiastas londinenses le obsequiaron un sable de honor. Por otra parte, el secretario de guerra lord Windham dio órdenes claras de que las fuerzas británicas no debían comprometerse con los esfuerzos de los revolucionarios sudamericanos, demostrando que había habido cierto giro en la política del Reino Unido después de la muerte de Pitt.
Parece muy perceptivo el comentario de M. A. Cárcano cuando afirma que para comprender las circunstancias que hicieron posible la iniciativa privada de Popham, se requiere no sólo recordar que este género de iniciativas ya tenía ilustres antecesores en la tradición inglesa, cual Nelson y Rooke (que tomaron Gibraltar y Tenerife desobedeciendo órdenes), sino que también hay que hacerse una idea de la proliferación, en las capitales europeas de entonces, de agentes provocadores y aventureros: “en un ambiente propicio para la intriga y la guerra, patriotas americanos, precursores iluminados, despiertan la audacia y la codicia de militares desocupados y ministros ambiciosos, que hallan en la debilidad del imperio español ancho campo para satisfacer sus intereses”. (1)
Por otra parte, Popham se lanzó a su aventura porque creyó que existía un conflicto de intereses en el Virreinato del Río de la Plata, entre el gobierno español, que se oponía al libre comercio, y los comerciantes que lo deseaban. Pero esto -que provenía de las ideas de Miranda y de la insuficiente información de inteligencia que poseía Popham- era solamente cierto respecto de las ciudades costeras. Además, la Iglesia se convertiría en un duro enemigo de los "herejes" británicos.
Las probabilidades de éxito de Popham eran aún menores porque, debido a las ambiciones militares del general Baird (su jefe en Ciudad del Cabo), se le ordenó que nombrara Vicegobernador de Buenos Aires al comandante de las fuerzas invasoras, General William Carr, vizconde de Beresford. Esta imposición, que no formaba parte de los planes iniciales de Popham, impidió la posibilidad de proclamar la independencia del invadido virreinato. De tal modo, los ingleses llegaron como conquistadores y no como libertadores, como lo hubiera deseado Popham y lo deseaban algunos porteños. Por cierto, el hecho de que la invasión fuera conquistadora defraudó las expectativas generadas por agentes británicos que habían visitado Buenos Aires en 1804, como James F. Burke y Thomas O'Gorman. Estos habían difundido las ideas de Pitt, especialmente en lo que se refiere a la independencia de las colonias americanas de España. Supuestamente, según éstos, para proteger la independencia el Reino Unido sólo pediría compensaciones comerciales y una política liberal. Por otra parte, algunos porteños, como Saturnino Rodríguez Peña, estaban en contacto directo con Miranda, y esto también los condujo a creer que el Reino Unido favorecería sus aspiraciones de independencia. Por consiguiente, hubo muchos decepcionados por el hecho de que al apoderarse de Buenos Aires los ingleses la declararan incorporada al Imperio Británico.
Por otra parte, para afianzar su conquista los británicos tampoco estaban dispuestos a poner en marcha una revolución social (por ejemplo, liberando esclavos), porque eran demasiado conservadores para una maniobra de ese tipo. Este conservadurismo también obró en contra de las posibilidades de éxito de los ingleses. Más aún, el peligro de que los ingleses desencadenaran una tal revolución no se le escapaba a los más perspicaces entre los porteños, a tal punto que el patriota Juan Martín de Pueyrredón hizo correr el rumor de que los ingleses se proponían soliviantar a las castas oprimidas, con el objeto de generar miedo en la población criolla y despertar aún más oposición contra los invasores. Como consecuencia de la suma de todos estos factores, la oposición local a los británicos fue prácticamente unánime.
Como es bien sabido en la Argentina, las fuerzas de Beresford, que eran esperadas en Montevideo, desembarcaron inesperadamente en Quilmes. Ante la emergencia, el virrey Sobremonte huyó con el tesoro a Córdoba, designándola capital del virreinato el 14 de julio de 1806. Rápidamente, el 27 de julio los invasores se apoderaron de la ciudad de Buenos Aires. Decretaron la libertad de comercio, ofrecieron garantías a los habitantes, les aseguraron el respeto a la propiedad y el derecho de ejercer la religión católica, y los eximieron de la obligación de combatir contra su país. También les ofrecieron la nacionalidad británica, y declararon que el Cabildo y los magistrados continuarían en el ejercicio de sus funciones. Por otra parte, exigieron el juramento de lealtad al rey Jorge III a las autoridades civiles y eclesiásticas, a los comerciantes y a los vecinos principales, lo que causó un revuelo de indignación entre la gente común, a la vez que los destinatarios de la medida la acataron, en su mayor parte, con total sumisión: Manuel Belgrano fue uno de los pocos "patriotas" que se negaron a la jura, emigrando a la Banda Oriental.
Tal como se sugirió anteriormente, la oposición de la Iglesia al "hereje" y la fe católica de la población fueron importantes factores en la gesta de la reconquista, en la que -más allá de la complicidad de algunos vecinos principales- estuvieron unidos españoles y criollos. La huida de Sobremonte y la rendición militar, por otra parte, habían desprestigiado enormemente a las autoridades, quedando el Cabildo como la única autoridad que gozaba del respeto popular. Liniers se hizo cargo del mando militar por mandato de éste, y "a nombre de Carlos IV".
Gracias principalmente al fervor popular, Beresford fue derrotado y se rindió el 12 de agosto a las fuerzas organizadas por Santiago de Liniers. La contienda, sin embargo, estaba lejos de estar resuelta, ya que la escuadra de Popham bloqueaba el Río de la Plata. Al día siguiente de la Reconquista, ausente el virrey, el Cabildo, tomándose atribuciones que eran jurídicamente dudosas, convocó a los vecinos principales a un Congreso General para "afirmar la victoria". Con el entusiasta apoyo de dos grupos de activistas, uno de criollos y el otro de españoles seguidores de Martín de Alzaga, la asamblea exigió la sustitución del virrey Sobremonte. No obstante, porque el Cabildo no estaba facultado legalmente para sustituir al virrey, se optó por pretender que éste estaba enfermo, y se designó a Liniers comandante militar de la plaza, como teniente del virrey. Este evento, acaecido el 14 de agosto de 1806, fue de una enorme significación en tanto, aunque intentaran disfrazar los hechos, los funcionarios reales vieron torcida su voluntad por la presión popular y la decisión de un órgano subalterno de gobierno como el Cabildo.
Como consecuencia, el virrey consintió en delegar el gobierno militar de Buenos Aires en Santiago de Liniers y el gobierno político en el regente de la Audiencia, Lucas Muñoz y Cubero, mientras estuviera ausente de la capital. Lo que es más, en los hechos este condicionante no era más que una ficción. Cuando se produjo el anuncio de que el virrey deseaba regresar a Buenos Aires, Pueyrredón se dispuso a detenerlo con un grupo de húsares, mientras el pueblo se preparaba para impedir su entrada en la capital. En Buenos Aires reinaba un fervor popular que era a la vez patriótico y militarista. En alguna medida, las masas estaban ocupando un lugar que nunca antes habían tenido, y que luego no abandonarían por muchas décadas. Liniers organizó la defensa con enorme apoyo de la población, pero en un contexto en el que era la tropa la que proponía a los jefes. Más aún, varios caciques ofrecieron al Cabildo alrededor de 30.000 indios guerreros, armados y con cinco caballos cada uno, oferta que el Cabildo optó por (agradecidamente) dejar para un momento más "oportuno" debido al peligro que representaba llevar semejante fuerza indígena a la ciudad.
Por otra parte, inmediatamente después de producida la reconquista Beresford y Liniers mantuvieron varias entrevistas en las que convinieron un armisticio secreto por el cual los soldados británicos podían embarcarse con sus armas en sus propios transportes, para ser canjeados por prisioneros españoles en Europa. Sin embargo, cuando Beresford quiso poner en práctica este arreglo, el gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro, le negó su colaboración, a la vez alentado y exigido por las masas que, movilizadas y en armas, habían hecho posible la reconquista. El gobernador alegó que Liniers no tenía autoridad para llegar a semejante arreglo, y en verdad, más allá de los argumentos de leguleyos, la oposición popular lo hubiera tornado catastrófico. Este fenómeno fue de la mayor relevancia, ya que, al decir de Harry Ferns, (2) las invasiones inglesas y la reconquista representaron el primer paso en la movilización de un gauchaje que de ahí en más y hasta 1880 se convertiría en un factor fundamental de la política argentina.
En efecto, cuando la opinión pública se enteró del armisticio convenido entre Liniers y Beresford, hubo sorpresa e indignación, ya que la rendición incondicional del segundo cuando izó la bandera española en el Fuerte había sido presenciada por mucha gente. El general británico se resistía, sin embargo, a renunciar a tan conveniente arreglo, y el 31 de agosto Beresford ordenó a sus oficiales que se abstuvieran de dar su palabra de no combatir contra España si no se cumplía el armisticio. Por su parte, el 6 de septiembre el gobernador Ruiz Huidobro comunicó a Popham que la capitulación con Liniers era nula por haberse firmado cuatro días después de la rendición. Ya para ese entonces había llegado al Río de la Plata una nueva escuadra británica, con 61 buques y alrededor de 11.000 soldados, que se lanzaron a la ocupación de la Banda Oriental para facilitar un nuevo asalto a Buenos Aires. En febrero de 1807 caía Montevideo. El clamor general exigía la internación de los prisioneros, que ante la nueva arremetida británica eran un peligro para la seguridad del país, pero aun en esas circunstancias Liniers no aprobaba la internación. En vista de la actitud de éste, la Audiencia y el Cabildo pidieron su reemplazo a Madrid.
Por otra parte, el envío de la nueva escuadra a Buenos Aires respondió al entusiasmo producido en Londres por el éxito inicial de la expedición de Popham y por el rumbo dado a la política exterior después de la muerte de Pitt. En realidad, la nueva escuadra reunió a varias fuerzas que previamente habían tenido otros destinos. Entre ellas, por ejemplo, se encontraba una expedición de 4.200 hombres al mando del brigadier Crawford, desviada al Río de la Plata pero que originalmente se dirigía a Chile, y cuyo primer objetivo había sido establecer una fuerte posición militar en el Pacífico. Otra fuerza, al mando del brigadier general Samuel Auchmuty, había partido de Falmouth el 11 de octubre de 1806 con 3.800 hombres; y poco antes había zarpado aun otra escuadra, al mando del contraalmirante Stirling, el reemplazante de Popham. El teniente general John Whitelocke fue designado jefe de todas las fuerzas británicas en el Río de la Plata, y zarpó rumbo al mismo con 1.600 hombres y una escuadra poderosa al mando del almirante Murray. Las instrucciones eran claras: establecer una posición de fuerza en la costa desde donde emprender operaciones futuras, y no fomentar ningún acto de insurrección, demostrando a la vez las ventajas del gobierno británico y de la unión con su imperio.
Las fuerzas británicas llegaron paulatinamente, y el 5 de enero Auchmuty y Stirling resolvieron abandonar Maldonado y atacar Montevideo, penetrando en ésta el 3 de febrero. Como una represalia por la falta de cumplimiento de la capitulación con Beresford, la población de Montevideo fue tratada con dureza, tomándose prisioneros a muchos oficiales y soldados, incluyendo al gobernador Ruiz Huidobro, que fueron embarcados para Gran Bretaña.
Con la toma de Montevideo, por otra parte, la ya muy desprestigiada autoridad real en Buenos Aires se desmoronó. El clamor por la destitución del virrey Sobremonte alcanzaba a los vecinos principales, los militares, y por supuesto al pueblo. El 10 de febrero Liniers convocó a la Junta de Guerra, asistiendo a la reunión en el Fuerte las autoridades y algunos vecinos. El comerciante español Martín de Alzaga tomó la iniciativa de pedir la deposición de Sobremonte, y se resolvió que el Cabildo solicitaría a la Audiencia la suspensión de sus funciones y su arresto. Incluso recaía sobre él la sospecha de complicidad con los británicos debido a que se había negado a entregar a Liniers cabalgaduras para la defensa de Montevideo. Como medida temporaria, la Junta General lo suspendió de sus cargos de virrey, gobernador y capitán general, deteniéndolo y confiscando también sus bienes.
El regente de la Audiencia se hizo cargo del gobierno y nombró a Liniers comandante de Armas y brigadier de la Real Armada, "con el mando de la ciudad de Buenos Aires y su territorio, interinamente hasta nueva orden Real". Más tarde, conocidos en España los episodios de la reconquista, la corona resolvió enjuiciar a Sobremonte por la entrega de Buenos Aires, y designó virrey interino a Pascual Ruiz Huidobro, que estaba en Gran Bretaña, preso de los ingleses. Más allá de esto, lo que estaba cada vez más claro era que la autoridad real estaba completamente devaluada en el Río de la Plata, en el que en la práctica, aunque acosado por los ingleses, imperaba la autodeterminación. No se esperó la decisión de la Corona para tomar medidas extremas contra el virrey, y se actuó en el marco de lo que, desde el punto de vista de las leyes del reino, era la ilegalidad más absoluta. Los mismos peninsulares radicados en Buenos Aires, como Alzaga, alentaron la medida. A su vez, las clases populares exigían exaltadamente el derrocamiento de aquél.
Mientras tanto, el general Beresford, prisionero en el Río de la Plata, conspiraba con algunos patriotas para escaparse arguyendo que en realidad Gran Bretaña deseaba la independencia de esas provincias, y que él era el único que podía evitar un ataque inglés a Buenos Aires desde Montevideo. Entre otros, Saturnino Rodríguez Peña y Manuel Aniceto Padilla aceptaron esas argucias, y a pesar de que Martín de Alzaga levantó la voz de alarma y consiguió que el fiscal Villota previniera a Beresford que sería internado a Catamarca, éste fue liberado por el primero y sus amigos antes del traslado, conjuntamente con otro oficial británico, el teniente coronel Pack. Ya liberado y fuera del alcance de los patriotas, Beresford conversó con Auchmuty, no obstante lo cual los británicos intimaron la rendición de Buenos Aires el 26 de febrero de 1807, al día siguiente de esas conversaciones. A partir de entonces, Beresford no volvió a hablar de la independencia del Río de la Plata.
En estas circunstancias, Whitelocke ordenó la concentración de todas sus fuerzas en Montevideo y resolvió atacar Buenos Aires. El desembarco se realizó en la Ensenada de Barragán el 28 de junio de 1807, y el 3 de julio los ingleses intimaban la rendición de la plaza. Mientras tanto, el 29 de junio, apenas un día después de la puesta en marcha de la invasión a Buenos Aires de parte de Whitelocke, había llegado desde España la Real Orden fechada el 24 de febrero por la cual (como ya se dijo) se nombraba virrey interino a Ruiz Huidobro, brigadier de la Real Armada a Liniers, y se establecía que en el caso de vacancia del cargo de virrey el mismo recayera interinamente sobre el jefe más antiguo. Como Ruiz Huidobro estaba preso en Gran Bretaña, Santiago de Liniers y Bremond accedió al cargo de virrey poco antes de entrar en batalla con los invasores.
En Buenos Aires se decretó una "situación de alarma". El Cabildo se declaró en sesión permanente. Se emitieron severos bandos contra quienes difundieran ideas derrotistas, y se censó y vigiló a los extranjeros, a la vez que se envió al Interior a los oficiales británicos prisioneros. El 1º de julio Liniers fue vencido en las afueras de Buenos Aires. En ese momento crucial, Whitelocke perdió la oportunidad de entrar a una ciudad momentáneamente desmoralizada. En vez de ello, intimó dos veces su rendición, mientras la ciudad continuaba con sus preparativos de defensa, organizados por Alzaga mientras duró la corta ausencia de Liniers.
Finalmente, tres días después de la derrota inicial de Liniers la ciudad fue atacada torpemente, con un ejército fraccionado en muchas columnas, sin apoyo de la escuadra ni de la artillería, aparentemente porque Whitelocke no deseaba apoderarse de una ciudad en ruinas. No necesita repetirse aquí la tradicional narrativa argentina sobre aquella heroica defensa en la que cada edificio se convirtió en trinchera y cada esquina en una trampa mortífera: por una vez, los constructores de mitos oficiales no necesitaron acudir a ficciones para introducir una auténtica gesta en la historiografía argentina. M. A. Cárcano, por ejemplo, no perdió la oportunidad de comparar esa defensa con el sitio de Stalingrado, acordándole mayor mérito porque tuvo lugar un siglo y medio antes.
La jornada del 5 de julio terminó con el Retiro y la Residencia en manos del invasor, pero con el centro de la ciudad intacto y los británicos desmoralizados. En este contexto, una nueva ofensiva española terminó con la resistencia de importantes jefes británicos, como Crawford y Pack. Las reservas del general Mahon llegaron cuando el grueso de la fuerza británica ya había sido vencida.
A partir de allí, Liniers y Alzaga conminaron a Whitelocke a evacuar Montevideo y embarcarse para su país. Este rechazó la intimación y propuso una tregua de 24 horas para recoger heridos. Liniers no la aceptó, atacando nuevamente con su artillería. Frente a esto, el general Whitelocke y el almirante Murray capitularon. La capitulación puso fin a las hostilidades y fue cumplida escrupulosamente por ambas partes. El tratado de capitulación establecía el cese inmediato de las hostilidades en cada lado del Río de la Plata. Las fuerzas británicas debían embarcarse en el término de diez días y la plaza de Montevideo devuelta dentro de los sesenta. Mutuamente se devolvieron los prisioneros de la primera y segunda invasión. Los oficiales británicos serían liberados después de haber jurado que no emplearían sus armas contra Sudamérica hasta su llegada a Europa. En marzo de 1809 en Londres, Whitelocke fue degradado y expulsado del ejército británico por una corte marcial, declarado totalmente inepto e indigno de servir a Su Majestad como militar.
Superada la emergencia, la invasión terminó teniendo efectos políticos beneficiosos para el Río de la Plata, tanto localmente como en Londres. Como es bien sabido, para el ánimo patriota la derrota de los británicos significó un salto abismal en su autoestima: si podían defenderse sin auxilios extranjeros del asalto de la principal potencia mundial, podían autogobernarse. Por el otro lado, en Londres la derrota sirvió para reanimar la idea de que Hispanoamérica debía ser independiente, y que la adquisición de más territorio para el Imperio Británico era costosa y muy riesgosa. Más inteligente y útil era privar a sus competidores de sus propios imperios.

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Análisis metodológico de Coyunturas opuestas: la crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica de Ruggiero Romano

Introducción

En Europa junto a la secularización de la política hubo una secularización del pensamiento. La revolución científica del siglo XVII sentó las bases de una visión del mundo que no dependía de las asunciones y categorías cristianas. Al liberarse de la teología, los filósofos descubrieron nuevos aliados en la ciencia y las matemáticas. Para pensadores como Francis Bacon y el filósofo francés René Descartes, el destino del alma era menos importante que el funcionamiento del mundo natural, y aunque Bacon era empirista y Descartes un racionalista, ambos creían que el poder de la razón humana, utilizado correctamente, se imponía a la autoridad.

A partir de los estados feudales de la edad media, las regiones de Europa emergieron como naciones poderosas y centralizadas. Francia obtuvo la supremacía tras su triunfo sobre Inglaterra en la guerra de los Treinta Años en 1648. Gracias a los esfuerzos del cardenal Richelieu, Francia se convirtió en la potencia mundial dominante.

Durante el siglo XVII, España acusó la recesión general europea a la vez que se enfrentaba a una crisis nacional, y a partir de 1620 perdió gran parte del control económico y comercial de su Imperio. Disminuyó el contacto con América, continente sobre el que cada vez era menor su autoridad e influencia. La guerra de los Treinta Años (1618-1648) y otros conflictos agotaron las arcas del Estado, y las hambrunas y la escasez de recursos esenciales acabaron por llevar a la Monarquía Hispánica a la crisis. Por este motivo, España perdió la mayor parte de sus riquezas y se vio obligada a reducir el contacto con las colonias. Este hecho propicio que en el siglo XVII, América se convirtiera en un foco de rivalidad para las potencias europeas.

La población de América aumentó de forma espectacular en el siglo XVIII. Se incrementó enormemente la producción agrícola y minera y se fundaron nuevas ciudades. Los españoles crearon asentamientos y misiones en las actuales California, Arizona, Nuevo México y Texas. Creció la exportación de productos y metales. Se vendían pieles de animales, azúcar, tabaco, cacao, algodón e índigo, un producto empleado para tintes. Más importante aún fue el aumento de la producción de oro y plata.

Las colonias de América suministraban a España importantes cantidades de oro y plata extraída de minas en las que trabajaba mano de obra forzosa. Junto con la agricultura, era la explotación minera la que sustentaba el Imperio español en América. Las minas de plata más famosas se encontraban en Zacatecas y Potosí (en la actualidad pertenecientes respectivamente a México y Bolivia). Allí, los nativos trabajaban en las minas bajo duras condiciones y sometidos a un sistema de trabajos forzados.


Los metales preciosos (oro y principalmente plata) representaron una revolución en la economía europea. La banca prosperó, el comercio se expandió y los precios se dispararon. España, sin embargo, no era más que un lugar de tránsito para estas riquezas. El gobierno destinaba grandes cantidades a financiar las costosas guerras, las campañas contra los herejes, los lujos de los monarcas y los nobles, y los gastos administrativos de todo el Imperio. Además, la recesión europea que se inició en la década de 1620 afectó a España especialmente.

OBJETIVOS

Dentro de los objetivos que señala Ruggiero Romano en su obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica encontramos que pretende hacer hincapié en la idea de que una mayor comprensión de nuestra historia nos permitirá pensarnos como una comunidad plural de americanos, al mismo tiempo unidos y diferentes. Me parece fundamental su objetivo, pues el lector debe comprender que es necesario que se reflexione sobre dicha idea, ya que es a partir de esta comprensión de la historia como podremos evitar los errores cometidos en el pasado. Al leer la obra me pude percatar de que Hispanoamérica en el siglo XVII tuvo un desarrollo muy diferente al de Europa, pues mientras ella crecía, Europa se encontraba en una tremenda crisis, la cual no le permitía hacer uso de sus recursos y mucho menos de su titulo de potencia.

A través de este desarrollo de América o mejor dicho de Hispanoamérica es como logro opacar el supuesto gran desarrollo de España y de Europa, sin embargo el mal manejo de los hombres que están al frente, la subordinación de Hispanoamérica a España, entre otros factores, propicia que no se logre un crecimiento más avanzado hacia el desarrollo y mucho menos hacia la competencia con la naciente potencia de Francia e Inglaterra, que por cierto son las únicas excepciones de Europa que no se ven afectadas por la crisis.

Aunado con el objetivo anterior se encuentra el deseo de recuperar la originalidad del mundo americano y su contribución a la historia universal, este objetivo se pretende desarrollar por medio del optimismo intelectual, es decir, a través de una serie que lleva precisamente el título de Historia de las Américas, valiéndose de la preciosa colaboración de los estudios de nuestro país y del continente. Creo que este objetivo al igual que el primero y los demás, me parece que es importante, porque en ocasiones mencionar América, como un continente de contribución a la historia universal, es mencionar únicamente Estados Unidos de América. Y en la obra de Romano, nos podemos dar cuenta que la contribución no solamente es realizada por Estados Unidos de América, sino que en su interior se encuentran países como Paraguay, Chile, Brasil y por supuesto México. En general me parece que este objetivo en la obra de Romano esta alcanzada, ya que sería demasiado precario no darse cuenta de que la obra encierra en su interior una historia verdaderamente de América.

Relacionar los hechos presentados en ámbitos geográficos diferentes en cuanto a población y producción agrícola, monedas, precios, metales preciosos y comercio. Y encontrar el hilo de este laberinto, pues no siempre la investigación se tiene que seguir en línea recta. Es cierto que la investigación tiene que ser de sube y baja, pues por medio de esta representación nos podemos percatar de que los hombres y su historia por ende, tiende a subir y a bajar para hacer una vida y una historia plural y variada. El objetivo de Romano es pues demostrar que en lugares diferentes, con hombres diferentes, costumbres y desarrollo igual de diferentes, se puede buscar y encontrar ese laso que los une a través del tiempo y de las distancias.

Aunado con este objetivo encontramos que Romano ha demostrado, que en un principio se planteo como objetivo, que América presento señales de coyuntura inversa con relación a Europa. Este objetivo es verdaderamente esencial para comprender el porque de nuestra situación actual y para respondernos que existe una gran diversidad de desarrollo, gracias a que los mismos procesos históricos no son manejados de la misma manera, ni en los mismos tiempos, porque lamentablemente o afortunadamente la geografía, la hidrología, la ideología y la vida en las distintas partes del mundo no son las mismas.

Estos son pues los objetivos que nos señala Ruggiero Romano, y que debemos de tener presente a la hora de analizar la hipótesis, las conclusiones y las aportaciones, para una mejor compresión de la obra.

HIPÓTESIS

Dentro de las hipótesis que maneja Ruggiero Romano encontramos que en primer lugar se hace un planteamiento dentro de la obra que nos adentra a la reflexión y a la comprensión del verdadero problema que Romano trata de plantear, y por ende a dichas hipótesis. Una de las hipótesis fundamentales dentro de dicha obra es la pregunta que plantea la entrada a la crisis, ya que es por medio de este planteamiento de la hipótesis en forma de pregunta, como nos podemos dar cuenta de que lo fundamental en la obra es la crisis que se vivió en el siglo XVII en Hispanoamérica y en Europa, y el tipo de coyuntura que ambas tuvieron.

Continuando con el tema de las crisis en el siglo XVII, más específicamente de la crisis que afecto Europa principalmente y que le quito su poderío, nos encontramos con otro planteamiento de hipótesis, pues Ruggiero Romano afirma que el clima influye en las cosechas y por lo tanto en la alimentación, sobre todo en las sociedades cuya circulación de materias pesadas, como los cereales es insuficiente.

Esta hipótesis que le he llamado así porque me parece que de antemano nos afirma algo que por lo que el autor a leído lo lleva a afirmar dicha idea, pero sobre todo por que esa idea se vincula con otra hipótesis de tipo más evidente y decisiva para la investigación. Esa hipótesis se encuentra plasmada en la página treinta de dicha obra de Romano, cuando afirma que una hambruna producida por una mala cosecha o por el resultado de dos o tres cosechas mediocres en forma consecutiva debilita a una población y la hace vulnerable. Y que como más tarde lo afirma " tanto la epidemia como la hambruna reducen el número de individuos, lo cual repercute en los trabajos del campo y, por lo tanto aumenta los riesgos de una nueva hambruna"

Este hecho provoca que al disminuir la población inmediatamente disminuya la producción y el consumo. Gracias a que este factor de la disminución de la población en Hispanoamérica no se llevo acabo, es como no se entro en una crisis tan dura, como fue el caso de Europa.

Por el contrario en América la población aumento, gracias por un lado al mestizaje y por otro a que no se vio tan afectada por las epidemias y las hambrunas. La hipótesis que sostiene Ruggiero Romano en esta obra es compartida por el propio Florescano en su obra Precios del maíz y crisis agrícolas en México (1708-1810) en donde nos explica que al existir cualquier tipo de epidemia, o bien de hambruna, la crisis se hace aun más devastadora, ya que no existe alimentos con los cuales combatir dicha hambruna o bien epidemia. En otro de los casos observamos que al disminuir los hombres, o bien la población, se ve afectado el sector que corresponde al comercio y a la producción, este hecho afecta a la crisis en la manera que afecta a la propia Europa.

Así como Ruggiero Romano sostiene que la crisis en América se vio menos que en Europa, también sostiene como hipótesis que "no existe una causa determinante de la crisis. " Este punto lo mencionó, o mejor dicho la hipótesis aquí planteada tiene mucha vinculación con la anterior, pues aunque la disminución de la población es muy importante para Ruggiero Romano no es una causa determinante para que se produzca una crisis en ninguna de las circunstancias. Simplemente es un factor que contribuye a que la crisis sea o no en cierto grado más devastadora en algunos lugares que en otros.

Ruggiero Romano nos presenta una hipótesis que para el lector y para él es sin lugar a dudas muy importante, tanto que Romano la ha titulado "hipótesis amenorrea. " Esta hipótesis se basa en el hecho de que existe una obstaculización, es decir que por medio de esta obstaculización que se ha observado a través de la presencia de hambrunas, que existe otro factor llamado estrés que en determinado momento de la crisis va a afectar a que se prolongue aun más tiempo de lo debido. Esta nueva variante del estrés , "derivado de la conquista , de la destrucción de la familia, del miedo, de los cambios introducidos en las normas y el nivel de vida, haya introducido también las amenorreas. "

Ahora bien para confirmar las hipótesis antes planteadas Romano plantea una más, el hecho de la crisis de 1619-1622 no es más que la hora de la verdad durante la cual estallan todas las contradicciones y debilidades que se habían acumulado durante más de treinta años.

Ruggiero Romano tiene mucha razón al hacer énfasis de esta hipótesis, pues durante este periodo estalla lo que ya se había acumulado, con esto quiero hacer compatible la idea que se nos presenta en dicha obra analizada, pues me parece verdaderamente fundamental recorrer el pasado de Europa y si es posible el de América para darnos cuenta de su verdadera situación antes de tan mencionada crisis. Y por medio de este recorrido comprender de que manera influyeron otros factores para la realización de la crisis, y lo que se aun más importante para determinar la manera del porque de su afectación más grande en Europa que en América.Estas son algunas de las hipótesis que Ruggiero Romano nos plantea a lo largo de su obra, de antemano comprendo que existen otras más pero las más importantes, creo yo, ya las rescate, pues por medio de dichos planteamientos nos podremos dar cuenta del sentido esencial de la obra.

¿CÓMO MANEJA EL AUTOR EL TIEMPO Y EL ESPACIO?

Ruggiero Romano es un autor que tiene claro sus objetivos y sus hipótesis, por lo que se refiere al manejo del tiempo y el espacio encontré lo siguiente:

"El problema de la fecha es muy importante, no para ganar unos años más de prosperidad o para demostrar ante algunos colegas que tenemos la razón, sino para destacar los primeros síntomas reveladores del malestar general" Estas son palabras del propio Romano en donde nos demuestra una vez más que puede y debe manejar las fechas conforme a dichos objetivos. No por querer quedar bien ante sus lectores, ni por tratar de conseguir a toda costa la comprobación de sus hipótesis, sino por que sabe como manejar el tiempo y las fechas de acuerdo a lo estudiado y lo aprendido durante su carrera.

La fecha general que nos presenta en la obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica es de 1619 a 1622, y no la generalmente admitida que va de 1640-1650. Para ello nos da sus argumentos de el porque de este desacuerdo con la fecha admitida, y para ello se basa en dos consideraciones. La primera es una cuestión de puntos de vista ya que alrededor de 1640-1650, sólo se presentaron ciertos fenómenos en los cuales se observó un cambio neto de tendencia, esto no significa gran cosa. Nosotros como lectores podemos ver con gran satisfacción el manejo y el conocimiento que Ruggiero tiene hacia los periodos, pues otra de su justificación para rechazar la fecha dada es que en los periodos de larga duración, no es la curva de la cresta a la que se le tiene que poner más énfasis, sino al inicio de la misma, ya que por medio de esos factores es como el lector se puede dar cuenta de lo que verdaderamente significa para un país e inclusive para una gran potencia como lo era Europa.

El segundo argumento, o bien la segunda consideración, se basa en el hecho de que si se escoge la fecha de 1640-1650, se corta toda posibilidad de indicar el origen, la causa, las causas de esta crisis. Y si se toma la fecha que va de 1619-1622, va a permitir una cierta explicación de conjunto que Romano la articuló de la siguiente manera:

El conjunto Europa del siglo XVI se caracterizó por un crecimiento económico general, producto sobre todo de la expansión agrícola, ya que esta permitió el impulso comercial e industrial y sostuvo su largo desarrollo

A partir del último decenio del siglo XVI empieza a faltar ese soporte agrícola en el sector comercial e industrial, mismos que se mantendrían todavía durante decenios, pero que perderían toda su fuerza de aceleración después de 1620.

Estos puntos son la clara justificación de Romano para tomar en cuenta la fecha de 1619-1622, ya que como podemos observar más arriba, es en este periodo donde aparecen fenómenos con toda claridad, un ejemplo de ello es la crisis estructural de la agricultura a partir de fines del siglo XVI sobre la cual se insertan las crisis cortas. En esta justificación sobre las fechas existe una comprobación de la hipótesis planteada por él mismo autor, en donde se afirma que la crisis de l siglo XVII no es más que la hora de la verdad durante la cual estallan todas las contradicciones acumuladas.

En lo que se refiere a la situación geográfica, o al espacio, se podría decir que la crisis no se dio de la misma intensidad en toda Europa, ya que existen dos países, Inglaterra y Holanda, que de manera diferente, por supuesto, logran defenderse de la crisis e incluso sobre ponerse a ella. El resto del continente a pesar de los contrastes que existen entre un país y otro no escapa de los destrozos de este inmenso ciclón. Y por supuesto también se maneja América con sus diferentes países, tales como México, Brasil, Paraguay entre otros.

HISTORIA ECONÓMICA

Dentro de la obra de Ruggiero Romano, se habla de lo político en los diferentes ligares a los cuales abarco la crisis, ya sea en Europa o en América. Él autor solamente se evoca a lo económico, lo político lo ha dejado de lado, pues nunca menciona como afecto la crisis del siglo XVII en los diferentes lugares de Europa, o bien de América.

Los dos principales componentes de la época preindustrial, y por ende de la economía, son la población y los bienes disponibles, en particular por no decir, los agrícolas. Si la población aumenta y rebasa los recursos alimenticios, hay crisis. Él autor sabe muy bien que habría que tomar en cuenta otros factores tales como el biológico, político, administrativos, de higiene etc.

En cuanto a la población, quisiera que se indicara un elemento decisivo: un cálculo burdo, a través del cual se nos indica las cifras para Europa. El débil crecimiento del siglo XVII den la transición de 1600 a 1700 aparece en forma clara, con más razón si se considera que una gran parte de ese 9% de crecimiento se concentró en Inglaterra, en los países bajos en Flandes Meridional y en los países escandinavos.

En general el autor toma a la Historia Económica, como una posibilidad de interpretación de los efectos de la crisis, ya que por medio de sus diferentes teorías es como se llega a interpretar de una manera clara los hechos que se presentan el dicha crisis. Gracias a los términos y a la ideología de autores anteriores al mismo Ruggiero, que han estado sumergidos en la materia de historia económica es como nos podemos dar cuenta de lo que el autor pretende y aporta en dicha obra.

BIBLIOGRAFÍA

La bibliografía sobre la que se sustenta dicha obra de Ruggiero Romano es principalmente la bibliografía, ya que en la realización de su obra consulto maestro de la historia económica, tal es el caso de Enrique Florescano, Ernest Labrousse , Esrl J. Hamilton, entre otros.

La manera en como esta bibliografía influyó en la realización de la obra se puede comprobar por la misma valides de dicha obra. Ejemplo de ello es J. I. Israel quien demostró la resistencia de la economía mexicana en diferentes niveles e insistió en los aspectos políticos de la crisis. Ya en 1981, Herbert Klein y John demostraron por lo menos dos puntos básicos, la actividad minera mexicana durante el siglo XVII, la cual se mantuvo en niveles superiores a los máximos alcanzados durante el siglo XVI. Y como podemos observar es a través de esta bibliografía como podemos darnos cuenta de que en realidad existe coherencia entre lo estudiado y lo planteado por autores estudiosos de la misma materia, además de enriquecer por medio de estas obras esta investigación que en sí misma encierra una inmensa información.

Más tarde nos menciona el propio Romano que también tomó bases del libro de Woodrow Borah, New Spain s Century of Depresión, cuya tesis está expuesta en forma clara desde la introducción "Indicare de que forma, desde 1570 hasta un siglo más tarde, la Nueva España padeció una economía contraída " Los argumentos que expone Woodrow Borah son numerosos y aunque no se apoye en una documentación irreprochable, son hasta cierto punto convincentes. Para el caso de México quiere decir esencialmente, la depresión, la disminución de la producción agrícola total ocasionada por la rápida e indiscutible disminución de la población indígena.

Otro autor que es destacado por Romano es Kubler, pues así destaca la suspensión de la construcción , o de las construcciones religiosas de México hacia finales del siglo XVI basándose en los excelentes trabajos de del mismo Kubler.

Además de las obras bibliográficas que se mencionaron anteriormente, y que en determinado momento sostuvieron la investigación de Romano, encontramos que también utiliza gráficas o bien representaciones de curvas, que le permiten verificar los resultados obtenidos a través de las lecturas realizadas. Equivalentemente, por medio de las representaciones gráficas nosotros como lectores nos podemos dar cuenta de la existencia de la coyuntura, que existe entre Europa y América, pues en ocasiones no es la misma deserción demográfica en Europa como en América. Además de que en Europa no existían los mismos precios que en América, o bien los índices de productos no eran los mismos para los dos continentes.

Como conclusión podemos ver que gracias a la inmensa bibliografía que utiliza Ruggiero Romano, es como nos podemos dar cuenta de la innumerable información que existe al respecto, y que en determinado momento nos ayuda a nosotros como lectores a tener una mejor visión de la historia económica y poder tener más claros los objetivos que persigue el autor.

CONCLUSIONES

La obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica

encierra en su interior una historia económica un tanto complicada para el lector que no esta muy adentrado en el tema pero también, su obra, representa un aporte significativo a dicha rama de la historia. Ruggiero Romano es un autor que tiene muy claro su objeto de estudio, pero que también, pretender terminar su obra sin concluir. Dicha afirmación anterior la incluyo en este trabajo porque en la obra antes mencionada de Ruggiero, no incluye conclusiones, esto con la argumentación de que en su obra ese termino no se encuentra, o mejor dicho no encaja en su obra.

Pero si podríamos determinar algunas conclusiones serían las siguientes:

En primer lugar como ya hemos visto a lo largo de este trabajo, Ruggiero Romano siempre tiene la idea, inclusive la hipótesis, de que la crisis del XVII "se consumó sobre una mayor concentración del poder económico y sobre una insuficiente recomposición de los vínculos, fuertemente relajados entre Estado y sociedad." Esto se ve reflejado a lo largo de la obra, ya que hemos visto que se dio con mayor intensidad en Europa que en América, esto tal vez por diversos factores entre ellos: que en Europa existía una mayor concentración de recursos y por ende de dinero. América a pesar de ser un continente que poseía enorme cantidad de recursos, estaba sometida a la decisión de España, sin embargo Europa con sus recursos económicos y con su título de "potencia", antes de la crisis del siglo XVII, podía disponer de sus recursos naturales, humanos y económicos como mejor le hubiere parecido. Además de que al explotar la crisis del siglo XVII, se ve en su interior un enorme conjunto de acontecimientos que esperaban el momento ideal para explotar y consumarse, afecto así la economía de casi toda Europa.

Aunado con la crisis, los factores antes mencionados, y demás hechos que dieron como resultado que una enorme crisis afectara a la Europa fuerte y rica, encontramos que aunque la peste y las hambrunas, son factores para agilizar dicha crisis, no se puede decir que son el inicio de las mismas. Por dicha razón Ruggiero Romano nos aclara, y así propone otra conclusión, que las pestes "no son el origen de la crisis del siglo XVII, pero me parece fundamental que no está a discusión que sí constituye un síntoma de las dificultades demográficas y que algo tiene que ver con la crisis de la agricultura."

Por otra parte las condiciones generales de la economía influyen indirectamente, en la demografía, así por ejemplo la crisis económica condujo a que la gente se casara a edades más avanzadas, lo que naturalmente se tradujo en una disminución de los nacimientos. Este factor de una u otra forma influye en la disminución de la población y repercute en la expansión de la crisis que en determinado momento y espacio llega a afectar a una potencia como lo fue Europa. Claro esta que no toda porque existen sus excepciones, Inglaterra y Holanda forman el ejemplo perfecto.

"El siglo XVI estuvo marcado dentro del conjunto europeo, por un desarrollo económico general producto de la expansión agrícola que permitió el impulso comercial e industrial que sostuvo su prolongado desarrollo." Esta conclusión es resultado de una investigación, que se plasma en la obra de Ruggiero Romano, además de ser comprobada a lo largo de la obra, encontramos que más tarde los sectores comerciales e industriales empezaron a carecer del apoyo de la agricultura. Se mantendrán todavía durante dos decenios, pero perderán toda su fuerza de aceleración después de 1620.

Con las conclusiones antes mencionadas tenemos que por lo tanto el siglo XVII se caracteriza por un estancamiento que afecta a la economía en su conjunto, excepto en Holanda e Inglaterra. Recordemos que anteriormente en este trabajo ya se había hecho hincapié a esta conclusión que Romano manifiesta casi desde el principio de su obra. Y es que en determinado momento creo que es lo correcto pues a lo largo de la lectura se va notando que Inglaterra y Holanda no cuenta con el mismo grado de afectación, ya sea porque existen factores más allá de lo que se puede registrar o plasmar en la obra de Romano, o bien porque simplemente los países son distintos aun en su textura.

Esto lo podemos comprobar también en el caso mismo de las coyunturas entre Europa y América. Dentro de los dos continentes, ahora conocidos por todos, surge algo realmente diferente, algo que la mismo historia explica al ser lugres tan alejados en desarrollo y distancia, pero que sin embargo estos dos factores anteriores no tiene mucho que ver cuando de la crisis se trata.

En primer lugar América , en lo general sostuvo relaciones diferentes con las potencias existentes para aquella época, y en segundo lugar nunca alcanzó a ser cien por ciento autónoma. Además Europa contaba con una economía que se vio abrumada por aquella crisis. En cambio en Hispanoamérica asistimos a un progreso cuantitativo del comercio Europa- América, sobre todo con la participación inglesa y holandesa y un retroceso de la Española. Hay que subrayar además el fortalecimiento bastante considerable de las relaciones internas en el continente americano, ya que sin que podamos hablar de la formación de un mercado interno, lo cierto es que en el trascurso del siglo XVII se inicia la agregación de ciertos mercados regionales.

En resumen evidentemente existe una coyuntura que se ve reflejada en el desarrollo de ambos lugares, aunque sabemos que la crisis no afecto de la misma manera a ambos, pues no son ni los mismos motivos, fenómenos, o bien ni los mismos lugares. De tal forma en América se vivió con menos intensidad la crisis por que no contaban con el mismo desarrollo, la misma población, ni los mismos precios.

APORTACIONES

Dentro de las aportaciones que hace el autor, Ruggiero Romano, encontramos que nos aporta una obra que tiene diversos elementos que se refieren a la historia económica, e decir, al crear la obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica nos da un elemento más para adentrarnos al terreno tan olvidado por los historiadores actuales y los pasados : la historia económica.

Por medio de dicha obra nos podemos dar cuenta de que existe un enorme desconocimiento del tema por esta razón me parece fundamental destacar que Ruggiero Romano aporta una visión distinta de las crisis. Cuando se escucha hablar de crisis mundial, inmediatamente se nos viene a la mente, la idea de que en la mayoría de las ocasiones afecta de la misma manera a unos países que a otros, sin embargo es a través de obras como esta como nosotros como estudiantes de la historia, y como futuros escritores de la misma nos podemos dar cuenta de que determinado fenómeno no siempre afecta de la misma manera lugares involucrados en dicho fenómeno.

Tal es el caso de Europa y América, estos dos continentes no sufrieron de la misma manera la crisis tremenda del siglo XVII, pues los factores que hicieron más evidente dicha crisis, no se presentaron con la misma intensidad en América, por el contrario, mientras en América se veía y vivía un desarrollo descomunal, Europa sufría los golpes de esa crisis, y por ende el lento crecimiento.

Otro de los aportes de Romano en esta obra es el aporte bibliográfico que hace al respecto, pues cuenta con una innumerable lista de fuentes que al ir realizando la lectura, el lector puede tomar en cuenta si el tema es de su agrado. Aunado con este aporte bibliográfico, encontramos que Romano nos presenta una enorme lista de críticas de diversos autores hacia su obra, esto permite que el trabajo se vaya enriqueciendo, en la medida de que constituya, no solamente información para el lector, sino aporte que realmente lo lleve a lograr una verdadera investigación en el futuro.

Además el mismo destaca que al leer su obra se ve reflejado el fenómeno de la aportación, pues nunca se había estudiado con la atención debida, el problema de las coyunturas opuestas entre Europa y Iberoamérica, y menos sobre un fenómeno tan polémico como lo es la crisis del XVII.

En conclusión podemos decir que al leer la obra de Ruggiero Romano nosotros como lectores nos encontramos ante una obra que además de inducir a la crítica aporta. Pues en pocas ocasiones se realiza un estudio que haga alusión al verdadero papel que juega América en la historia. Con este estudio de Romano se deja a tras aquella idea de que un monopolio tan importante, como lo es o como lo era Europa antes de la crisis del siglo XVII, nunca se veía derrotado por fenómenos que bien su dinero y su poder podía solucionar. Nos encontramos pues ante una obra que aporta demasiado en el terreno de la historia económica, aunque no fuera de contradicciones y aburrimiento por parte del autor, pero cuenta con los requerimientos necesarios para considerarla una obra digna de consulta.

COYUNTURAS OPUESTAS: LA CRISIS DEL SIGLO XVII EN EUROPA E HISPANOAMÉRICA

PROLOGO

Dentro del prólogo Ruggiero Romano nos presenta su obra que lleva por título Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica, a sí mismo nos plante el problema que más tarde desarrollará en la obra, es decir " el estudio de la relación entre la "crisis" europea y la situación de América Ibérica durante la misma época". Este punto lo podremos constatar más tarde a lo largo de la lectura que nosotros vamos realizando, inclusive es un aporte historiográfico que Romano le hace a la historiografía en general.

Uno de los antecedente que tiene lugar en este prólogo, y es digno de mención, ya sea porque el autor siempre se justifica de lo realizado, o porque nosotros como estudiosos de la historia, no solamente debemos de ver alrededor de la obra estudiada, por el contrario debemos de ver más allá, y si es posible más lejos mejor. Volviendo al tema principal de este escrito, Romano tiene como antecedente una larga lista de maestros, que de una u otra forma lo ayudaron a la realización de la presente, tal es el caso de Fernand Braudel, Ernest Labrouse y Eerl J- Hamilton. Más tarde es a partir de las enseñanzas realizadas por medio de estos maestros como Ruggiero llega a la conclusión de que su obra va en contra de las propias enseñanzas de sus maestros, inclusive en el mismo prologo se disculpa por la ofensa tan grande que hace al contradecirlos. Además de que también aclara que no se esconde tras la imagen de los mismos.

I EL NÚMERO DE LOS HOMBRES

Dentro de este primer apartado subraya la importancia que tiene el factor demográfico en la historia económica en general, y en el estudio de las crisis largas en particular. Como sabemos, por medio de otras obras que hacen alusión al punto de la demografía, como es el caso de Enrique Florescano, encontramos que una crisis se ve más radical cuando los hombres que existen en el lugar que se llevá acabo dicha crisis, se ven mermados.

Ruggiero Romano nos propone, o dicho de otra manera trata a manera de fenómeno la epidemia. Se considera que las pestes son causales, casi la expresión de una voluntad sobrenatural, que castiga así los extravíos humanos. Es decir se busca una razón "humana", terrestre, y se puede, tal como me lo sugiere Maurice Aymard, que existe un tercer factor ligado a la dinámica de la enfermedad en sí y del virus o del vaciló que lo produce. Por definición toda enfermedad epidémica nos remite a tres series de causas: el hombre que es la víctima, y que aprende a defenderse; el medio fuertemente humanizado, y el virus propiamente dicho. Dicho de esta forma, lo que se pretende aquí, es tratar de incluir un factor más en lo que se refiere a la crisis del siglo XIX, porque por medio de la falta de hombres, por la misma epidemia, es evidente y hasta cierto punto normal que la economía disminuya, pues al no existir fuerza de trabajo no habrá quien mueva los medios de producción, y por lo tanto no existirá una economía buena en país.

Otro de los elementos que hace alusión Ruggiero Romano, y que también lo incluye Enrique Florescano en su obra Precios del maíz y crisis agrícolas en México (1708-1810), es el factor que afecta a las cosechas y que propicia la prolongación de una crisis: el clima. "El clima influye en las cosechas y por tanto en la alimentación, sobre todo en las sociedades cuya circulación de materias pesadas, como los cereales, es insuficiente", por la misma razón al no existir cosechas, ya sea por la falta de sol, lluvia, calor en la tierra, exceso de calor, de lluvias, entre otras cosas, la producción y el producto se ven drásticamente afectadas, de tal manera que tanto a los hombres como a los animales les afecta en su alimentación y en la vida diaria. Tal es el caso de México, pues como es bien sabido por todos, en este lugar existió en la época colonial una basta producción minera que le permitió crecer como país, aun subordinado a España, exportar, y auto-mantenerse. Al existir una crisis agrícola inmediatamente escaseaba el producto, lo que no sólo repercutía en los hombres, sino en los animales, pues ya no existía alimentos con que mantenerlos activos para la producción y por lo tanto morían lo que provocaba que la economía de dicho lugar disminuyera, al no haber fuerza de producción dentro de las minas.

La disminución de la población por lo tanto es un factor que afecta a Europa dentro de la crisis de los crisis del siglo XVII, ¿Por qué la disminución de natalidad? Ciertamente Intervienen causas psicológicas y de orden socioeconómico que se entremezclan, sobre todo en las sociedades indígenas, con una estratificación social insuficiente. ¿Para qué traer niños al mundo cuando, a juzgar por el presente, el porvenir no promete nada bueno? Esto es lo que indica de una manera que no puede ser más clara en el texto de José Gumilla, para observar la esterilidad voluntaria de las indias. Como podemos observar las indias, que vivieron de manera drástica la crisis, preferían no traer más hijos al mundo, esto hasta cierto punto es normal, a nadie le gusta que su propia sangre sufra las consecuencias de una época que en todos los sentidos se torna difícil.

Del mismo modo, la población blanca, a pesar de su crecimiento (ya fuera en forma natural o por las llegadas sucesivas de la Península Ibérica) no compensa tampoco los huecos que dejó la población aborigen. Frente a la caída de esta última, de la que acabamos de ver la magnitud, ¿ qué significa el hecho de que la población blanca evoluciones entre 1570 y 1646 en la Nueva España de 63 000 a 125 000 y en el centro de México de 57 000 a 114000?. Igualmente en Perú la población blanca de alrededor de 25 000 personas en 1570 a 70 000 en 1650 y en Lima, durante los mismos años, pasa de 10 000 a 15000 blancos

Podemos afirmar con toda tranquilidad que aun a tasa diferentes de desarrollo, la población blanca de Iberoamérica creció, pero este crecimiento no compensó la fuerte contracción de la población aborigen. Por lo contrario, hay que pensar que este aumento de la población blanca, que se traduce en un aumento de todo tipo de presiones sobre la población indígena, contribuirá a hacer descender aun más el número de aborígenes. La población indígena siguió bajando en América durante el transcurso del siglo XVII. ¿Hasta cuando? Hasta 1650 y muy probablemente 1630, con variantes locales, naturalmente. El caso mexicano es más claro en la medida en que es el que se ha estudiado más.

Estas cifras globales sobre las cuales hemos reflexionados a propósito del conjunto de la población mexicana, por otra parte quedan confirmados con los movimientos de natalidad de diferentes parroquias mexicanas durante los últimos años; todas ellas reflejan un gran movimiento de alza acompañado de una extrema regularidad, lo cual me parece muy importante. Este hecho refleja que la población indígena era la más pobre, y por lo tanto al no contar con recursos tanto económicos como sociales, encontramos que esta población era atacada con más frecuencia por las epidemias que se presentaban. A l disminuir la población, también disminuya la producción de edificios, el trabajo en el campo y los servicios que esta población ofrecía a los blancos.

"Así, después de un enfrentamiento de la caída, que se puede observar desde principios del siglo XVII, y una franca recuperación sucesiva, asistimos a una caída bastante importante" . ¿Le atribuimos la responsabilidad a las hambrunas y a las epidemias?, el autor Afirma que la culpa de la disminución de la población no se debe atribuir a estos factores, las hambrunas y las epidemias, por el contrarió existe otro factor que sin lugar a dudas resulta importantísimo: las migraciones, por medio de estas migraciones es como él lugar de las crisis se va despoblando, ya sea porque ya no existe un trabajo fijo, o bien porque no se cuenta con las medidas de higiene correctas, la alimentación es muy deficiente, las epidemias se contagian con mayor facilidad en aquel lugar por la falta de higiene, o ya sea por la falta de aparatos y medicamentos para atender a la población.

El documento relativo a la degeneración que acabo de citar me parece que es fundamental por hecho de que por medio de esta información se puede comprender mejor la intención de Ruggiero Romano, al realizar la obra. Además de que el punto antes mencionado, es un punto de unión, "dado que muestra con claridad dos fenómenos: la formación de un mestizaje por aculturación y otro elemento al cual es difícil darle un nombre", ponerle una etiqueta: se trata de la huida de miles y miles de indios hacia lugares recónditos, zonas de refugio, para escapar al pago de tributos y en general a la presión de los blancos.

Así por ejemplo se dio en Lima una epidemia de difteria, pero no encontramos que haya hecho huella profunda en la curva de los deseos de la parroquia de San Sebastián. Es muy probable que en esta parroquia de población mixta, y urbanizada desde hacía tiempo, los factores de inmunización desempeñaran un papel importante. "Durante el siglo XVI apareció entre la población un desgano vital." Ahora se trata de saber si en el siglo XVII se manifestó una nueva voluntad de vivir y reproducirse, voluntad que podría haber sido determinada por diversos factores.

En síntesis, me parece que el siglo XVII americano muestra una tendencia de evolución demográfica al alza, en contra posición a la de Europa que, salvo algunas excepciones, es de estancamiento o de baja. Esto es un ejemplo más de la coyuntura que Romano se la pasa repitiendo y aclarando en su obra. Por este hecho me parece fundamental aclarar dicho sentido.

II EL MUNDO DE LA PRODUCCIÓN

En el caso del problema de la crisis del siglo XVII, es sin lugar a dudas un tanto difícil cuando no se esta involucrado del todo en la materia de la historia económica, resulta un tanto agobiado, pues muchos de los términos manejados por el autor, y la manera de escribir del mismo reflejan un gran estudio que muy raras veces nosotros como estudiantes poseemos. Sin cambio este capítulo dedicado a ver la producción que se llevó acabo durante el periodo del siglo XVII, tanto en América como en Europa, nos da una impresionante lección de lo que es realmente el manejo de la producción y nos aclara una vez más que el desarrollo para América no fue el mismo que PARA Europa dentro del periodo.

Vemos que en casi toda Europa se da el fenómeno de la conversión de tierras de cultivo en pastizales, salvo el caso de Inglaterra, Frisia, donde se dan fenómenos inversos., pero también observamos cambios que podemos calificar de positivos, entre ellos la conversión de tierras cerealeras en tierras destinadas al cultivo de plantas "industriales". Estas modificaciones se pueden comprobar esencialmente en regiones como Hertz, Erfurt, Holanda, quedando excluido cualquier otro país de Europa. Este fenómeno es interesante pues de hecho nos encontramos ante una especie de respuesta a la crisis. Incluso los países donde se presenta la crisis general, podemos encontrar manifestaciones de cambio, de mejoras, de innovaciones.

La agricultura del siglo XVII ofrece resultados menos brillantes que el siglo anterior y el fin del siglo esta marcado por un sensible desplome general. Habría que hablar más bien de una falta de aptitud para el crecimiento nominal, de una incierta de las capacidades productivas. Pero no hay que seguir con esta lista que parece ser interminable y que afianzaría nuestra convicción en cuanto a la crisis, misma que por otra parte también se confirma con otro hecho. Todos los historiadores concuerdan en reconocer que la Europa oriental, a partir del siglo XVIII, vuelve a conocer lo que es una "segunda servidumbre". Esto por no hablar de Polonia o de Alemania oriental donde como ya se ha subrayado "después de la guerra de treinta años fue todavía más sometida dado que se impulso la servidumbre hereditaria" Este factor afecto a los más pobres, pues además de cargar con todos los efectos y fenómenos que la crisis del siglo XVII le había dejado, tenían que cargar con el peso de una deuda en donde tenían que pagar el precio de su libertad dando, u otorgando sus servicios de por vida. Por esta razón no es raro que en el capítulo anterior se nos mencione que las indias, o las indígenas del siglo XVII, preferían la esterilidad voluntaria. Esta medida fue adoptada por la falta de recursos para sobrevivir a la crisis, pero también por evitar que sus hijos fueran sometidos a la voluntad de las personas que mejor podían manejar su situación ante la crisis.

Lo que nos queda y que no se puede desmentir es esta sencilla verdad: en Francia , hasta fines del siglo XVII, el rey, la nobleza y el clero siempre poseían el dominium directum, es decir el derecho de propiedad soberana sobre todos los bienes del suelo y de ahí derivan la jurisdicción de diversos impuestos y servicios. Pero las diferencias no deben de ser motivo para perder de vista el punto fundamental: la acumulación (feudal no capitalista, dado que también existe una acumulación feudal) no se realiza únicamente por el juego de los precios y de la población y de las monedas, sino por todos esos factores y otros más, como impuestos, precios de la tierra y sobre todo, por la renta de la tierras, la productividad del trabajo y la exacción feudal.

¿Sucede esto con Europa? No lo creo. Evidentemente hubo una excepción: Inglaterra, donde se notaba desde hacia algún tiempo señales de revolución agraria que a partir de mediados del siglo XVII se multiplicaron. ¿cuáles fueron estas señales? No sólo se afirma progresivamente el sistema de locación de las grandes propiedades, sino también el aumento del mercado interior y de hecho de que la agricultura inglesa cumple con su evolución aprovechándose en grandes modificaciones de la producción industrial y sobre todo integrándose a ellas. Ejemplo de este fenómeno es que a mediados del siglo XVII se inventó en Inglaterra una nueva máquina , "un telar que permite hacer 1 000 mallas por minuto en lugar de 100 que se logran trabajando a mano."

Esta máquina fue exportada a Italia, pero se desconoce por completo que repercusiones tuvo. Lo que sí es cierto es que los fabricantes de Milán lograron que se prohibiera el empleo de una máquina para fabricar medias. Por el contrario ,en Inglaterra el mecanismo que se estableció respecto de una máquina se revela complejo e importante. Algunos capitalistas y comerciantes manufactureros compran máquinas y las alquilan a los campesinos artesanos. Con base a la técnica nueva, comienza una fase esta sí verdaderamente capitalista, de desposesión al trabajador de sus herramientas de trabajo.

Indiscutiblemente la industria textil predomina sobre las demás, como lo hizo durante la edad Media y como lo hará aún en la época de la revolución industrial. Ni la industria de los quesos, que era exclusivamente rural y cada vez más importante en términos de exportación; ni la del libro y su corolario, la papelería; ni la orfebrería, ni la naciente relojería son durante los siglos XVI y XVII una amenaza a la preeminencia de los textiles, que es evidente a pesar de lo deficiente de las estadísticas, tanto en términos de empleo como de capital y tanto en el valor de las exportaciones como en el número de empresas. En lo referente a Suiza se puede aplicar la situación europea en general: los productos de lujo en los que estamos demasiado acostumbrados a extraviarlos no son ni pueden ser un motor económico.

En conclusión se puede afirmar con toda certeza la realidad de la ruptura geográfica. El atlas industrial de mediados del siglo XVIII no tiene mucho en común con el de 150 años antes: "El siglo XVIII, Francia, Inglaterra, los países Bajos y Suiza estaban en primer lugar como países industriales."

La industria rural siempre ha existido, al grado que ya en la Edad Media hay signos importantes de ella, pero no tiene nada que ver con protoindustrialización, dado que este se afirma al lado de la fábrica donde quiera que la industria rural represente una actividad complementaria para las poblaciones campesinas, la protoindustrialización lleva a estos mismos campesinos a considerar la actividad industrial como principal.

La protoindustrialización trajo consigo enormes consecuencias. En primer lugar provocó un aumento de la productividad agrícola, por consiguiente, una transformación de las relaciones de producción. Produjo la desaparición de los privilegios corporativos; por último al modificar las relaciones tradicionales entre ciudad y campo, propició la formación de un sistema de autocontrol completamente diferente al tradicional. El comercio entre España y América no se hace sólo con barcos de construcción española. En este tráfico participan también, bajo pabellón español, barcos construidos en otros países de Europa y también en América. En conclusión podemos decir que el autor maneja el tema de producción, como aquel que se llevó acabo en América y Europa, y que no en estos dos lugares se llevó acabo con intensidad igual, ni siquiera en la misma Europa como lo hemos visto en los apartados antes mencionados, por lo tanto el impacto de la crisis del siglo XVII en Europa, con excepción de los países citados, fue brutal.

III METALES PRECIOSOS

El error que se comete a menudo, comienza cuando se quiere extrapolar a todo Perú el movimiento que se observa en Potosí. Proceder así significa olvidar que después de la caída de la producción potosina se empezaron a explotar otras minas, tales como Oruro. Cerro de Camana, Chila, San Antonio y Laicocota etc. Lo que se acaba de referir no son simples suposiciones. Una prueba indirecta de este desplazamiento de la producción de Potosí hacia otros centros es que durante el siglo XVIII las exportaciones de mulas de Córdoba hacia el Alto Perú reflejan los siguientes cambios de destino.

Pues bien, las mulas representaban junto con los hombres , por supuesto el "motor" de actividades mineras. Sin mulas no hay plata. Este ejemplo ya lo he mencionado en páginas anteriores, cuando se menciona que las crisis afectan no sólo a los hombres, sino a los animales y la propia producción. Cuando México vivió una tremenda crisis en la época colonia, se vio afectada su economía no sólo por el simple hecho de la baja producción de maíz o de productos agrícolas, sino también la baja del metal más abundante en aquella época: la plata. Este hecho sucedió por la disminución de negros, y por la baja producción de los animales, al haber una baja del producto primordial para la alimentación de los animales se ve gravemente afectada la producción de animales y el rendimiento de los mismos.

En general en "Europa, del siglo XVII muestran síntomas innegables de desmonetarización. En todas partes, en distintos niveles, observamos el retorno bastante marcado hacia formas de economía natural." El fenómeno es claro en todo el ámbito europeo y podemos seguirlo con detalle en los diferentes países. Lo que se ha visto hasta aquí compete a las exportaciones de metales preciosos hacia Europa, más no a la producción de esos metales hacia América. Así pues, es preciso preguntarnos, primero , si existe alguna coincidencia entre metales producidos y metales exportados. Evidentemente, existe una diferencia, mínima si se quiere, pero diferencia al fin . Siempre ha insistido en el carácter "natural" y no "monetario" de la economía de la América ibérica, pero nunca he negado que existiera una reserva metálica que se usaba para llevar a cabo algunas grandes transacciones y para atesorar.

A esto es precisos añadir la enorme utilización de metales preciosos para la orfebrería, fenómeno al que no siempre se le ha presentado la atención que merece. Por lo tanto, hay, debe haber, diferencias entre la cantidad de metales producidos y la cantidad de metales exportados; pero aquí cabe hacer una segunda pregunta: ¿es esta diferencia constante o presenta variaciones de una época a otra? Veamos ahora los problemas que hemos examinado en Europa y retomémoslo en el ámbito americano, es decir, los que se refiere a las emisiones monetarias y a la reserva disponible.

Durante el siglo XVII, la Casa de Moneda de México tuvo emisiones monetarias superiores a las del siglo XVI. Esta es una tesis que ya se venía sosteniendo desde el principio, pues como sabemos Ruggiero Romano se ha enfocado a defender la postura de la coyuntura entre América y Europa. Esta coyuntura que sostiene el crecimiento de América en todos los sentidos, hacia por ejemplo lo vemos más evidente en este punto, porque a diferencia de Europa América creció desmesuradamente en la producción de moneda, y lo comprobamos con la estadística que demuestra que la producción de moneda en el siglo XVIi fue mayor que en el siglo anterior.

"Ciertamente, a partir de los años veinte del siglo XVII y hasta 1740, los precios de los cereales están en Europa bajo el signo de la estabilidad e incluso de la baja, mientras que los precios de los productos manufacturados manifiestan una resistencia más grande." ¿Y que sucede en el lado americano? Contamos con algunos elementos, pero antes de hablar de ellos es necesario establecer una distinción que considero fundamental: en la América ibérica siempre es necesario distinguir tres grupos de productos, precio de productos de origen local, precios de productos de origen americano pero no locales, precio de productos de origen europeo. Una gráfica que incluye Ruggiero Romano en su obra, demuestra de una manera muy clara que los precios de los productos locales en Córdoba, continúan subiendo y que después bajan, mientras que los precios de los productos de origen europeo y americano empieza su movimiento a la baja más temprano.

Sin embargo, es preciso observar que los precios de estos últimos años se mantienen en niveles tan altos como el máximo alcanzado en 1675. Un estudio reciente de Dauril Alden nos ofrece una confirmación tanto del precio de los esclavos como del azúcar entre 1690 y 1769. Quizá mis consideraciones le parezcan monótonas al lector, pero debo confesar que para mis oídos son como una dulce música que confirma este aspecto, fundamental a mi manera de ver, de la coyuntura inversa americana en relación con la coyuntura europea. Y a sea que se trata del siglo XVII o del XVIII, el movimiento de los productos agropecuarios es inverso al movimiento de precios de estos productos en Europa.

Existe otros productos en circulación interregional cuya trayectoria podemos seguir, en especial los textiles. En Potosí, los precios de la sayaleta y del tocuyo acusan una baja continua entre 1670 y 1810, el del sayal sube hasta alrededor de 1700, con una posterior baja continua. "Ahora bien, es preciso destacar que durante el siglo XVII los precios de los productos textiles en Europa son los que muestran la resistencia más fuerte". El siglo XVII se caracterizó por los precios altos y que, por lo contrario, el XVIII mostró un nivel de precios menos elevado, de tal suerte que podemos decir que durante el siglo XVII bajó el poder de la compra y que subió en el siglo XVIII.

Podríamos decir, por tanto y contrariamente a los casos de México y Potosí, de los que ya hemos hablado, que hay una alza como en Europa; pero el hecho es que "entre 1680-1689 y 1700-1709, los precios de los productos agrícolas sufrieron un aumento de 64. 2; se mantuvieron estables hasta 1720-1729, y no bajaron hasta 1730-1739.

La coyuntura opuesta entre precios europeos y precios americanos no se trata de una teoría, sino simplemente lo que aprendemos de hechos confirmados progresivamente por la investigación sucesivas. Ahora bien, sin lugar a dudas, durante el siglo XVII americano, los artículos que pasan por el mercados, sobre todo los productos de primera necesidad, no son muy numerosos, pues el renglón de autoconsumo es muy fuerte como lo es el trueque.

En este apartado una vez más comprobamos que la coyuntura que tanto defiende Ruggiero Romano, evidentemente es cierta y comprobable a lo largo de la obra, pues una vez más nos encontramos delante de un fenómeno que demuestra el crecimiento de América Ibérica y la caída de una potencia como es Europa.

IV CONSIDERACIONES SOBRE EL COMERCIO

La situación del comercio internacional europeo entre finales del siglo XVI y principios del XVII, es un tanto compleja, pues dentro de este tema no es posible lograr curvas como en el caso de los precios; es preciso entrar en detalle. Es decir situémonos en el centro de lo que durante siglos fue el corazón motor del comercio internacional: el Mediterráneo.

¿ Era acaso el Mediterráneo un mar muerto? Si con esta expresión queremos decir que los países mediterráneos ya no son sujetos, sino objetos de la historia, sí es cierto. Tomemos el caso clásico de Venecia. Su comercio internación se baso durante siglos en un principio muy sencillo: introducirse en una posición de cuasi monopolio en el centro de las transacciones comerciales entre el Medio Oriente, que le surtía de especias y drogas, y Europa. "A cambio, Venecia redistribuí productos europeos hacia el Medio Oriente, y aún más allá. Aunque sin lugar a dudas durante el siglo XVII Venecia fue desbancada en este tipo de tráfico, esto de ninguna manera significa la suspensión de los intercambios" entre Europa del norte y el Mediterráneo: únicamente los holandeses y los ingleses ya no necesitaban al intermediario veneciano. La crisis, pues no es tanto del comercio mediterráneo como de los actores mediterráneos de ese mismo comercio.

En este apartado se puede comprobar que Holanda e Inglaterra no sufrieron las consecuencias tan drásticas de la crisis en el siglo XVII, como Europa, gracias a que siempre demostraron ser autosuficientes, tanto en la producción de monedas, telares, entre otras cosas, como en las relaciones comerciales. Con esto se comprueba una vez más que los únicos lugares de Europa, y que es la hipótesis principal de Ruggiero Romano, fueron sin discusión Holanda e Inglaterra, el resto de la Europa, como potencia y como nación sufrió una tremenda crisis en todo su esplendor.

La agonía del Mediterráneo es, pues, únicamente aparente ya que en la realidad se puede observar una especie de circulación extracorporal asegurada por los nórdicos . Empero la crisis, no es menor fuerte en los países "mar interior". No desearía, el autor, dar aquí una serie de cifras que me sería fácil presentar; prefiero volcarme en casos de orden cualitativo: por ejemplo, mientras la seda (cruda) de Sicilia o de Calabría constituía por tradición un objeto de exportación hacia Génova, Venecia, Nápoles y Florencia, desde donde se reexportaba hacia Europa del Norte y hacia el Medio Oriente en forma de productos manufacturados, ahora la seda cruda emprende la ruta del norte en barcos no mediterráneos.

"Por supuesto, también hay sectores o países que muestran indicios de actividades en aumento por ejemplo, las exportaciones de hierro sueco aumentan considerablemente." También se dan otros signos positivos, sobre los que volverá el autor más adelante, pero por el momento hay que plantearnos una pregunta ¿Cómo hacer para establecer la existencia de una crisis comercial? Las relaciones comerciales europeas durante el siglo XVII se caracterizan por el estancamiento, y el autor esta de acuerdo con él; pero es legitimo preguntarse si en el interior de Europa la situación es la misma o si se dan situaciones diferentes.

El autor había mencionado que, el comercio de Venecia esta en bancarrota durante el siglo XVII lo cual, queda demostrado con la caída de la construcción naval, caída que la Serenísima trata, sin lograrlo, de compensar mediante la compra de barcos de construcción extranjera sobre todo ingleses y holandeses. La crisis Veneciana queda confirmada, pues, con esta crisis de la construcción naval. La crisis no solo abarca los grandes puerto mediterráneos sino también los centros "clásicos" del Báltico. Tomemos el caso de Gdansk: no sólo disminuye el paso de navíos procedentes de este punto por el estrecho de Sund, sino que asistimos a un aumento progresivo del número de barcos con pabellón holandés. Este fenómeno no se da únicamente en Gdansk; también se observa en el conjunto de ciudades de la Hansa y de la alta Alemania que están presas en este torbellino: por ejemplo el poderío holandés reduce a colonia y a las otras ciudades del Bajo Rin al desempeña de una función esencialmente interna. Sólo Hamburgo logrará mantener su papel, pero en este caso también el motor de su actividad esta representado por el interés que le presentan tanto los holandeses como los inglese. Las condiciones de las ciudades del interior de Alemania (Ulm, Rawenburg, y tantas otras) no son mejores; si embargo, debemos reconocer que surgieron dos centros: Francfort y Leipzig.

En resumen, estamos ante todo una estructuración del equilibrio de las funciones comerciales en Europa que no sólo se manifiestan en el sentido norte-sur, en general, sino en el sentido de la "Europa Mediterránea (incluido el imperio otomano) y Europa del Noroeste el general, es decir, Holanda e Inglaterra. La gran mayoría de las centros tradiciones son perdedores y los que logran sobrevivir lo hacen sencillamente porque la "bomba" holandesa Inglesa asegura la circulación. Podríamos decir que es el peso de la tradición lo que arrastra hacia abajo a esos viejos puertos, es a esas añejas ciudades que fundaron la reputación de su nombre en la Edad Media y durante el siglo XVI. "

Decir esto no es arbitrario; basta con pensar en el destino de la ciudad de Amberes, cuya suerte peligra a pesar de estar situada en el interior de la Europa del Noroeste que iba en ascenso. En resumen cualquiera que sea el ángulo desde el cual se observe "la vida comercial europea, siempre nos encontramos con una gran brecha: de un lado una "grande" Europa mediterránea ("grande" puesto que comprende también el Imperio Otomano, Portugal y los Balcanes) en crisis, y del otro una Europa del Norte" (Holanda e Inglaterra) que aunque padece los efectos de esta crisis logra compensarla y sobre ponerse a ella mediante los tráficos comerciales intercontinentales; y queda el resto Polonia, el Imperio, Suiza y Francia.

La crisis del comercio en el siglo XVII se refleja en la caída de los centros tradicionales y en el surgimiento de dos países nuevos: Holanda e Inglaterra. En 1669, la preponderancia holandesa todavía es definitiva, pero después las cosas van cambiando en beneficio de los ingleses.

En lo que corresponde a América, los principales puertos Americanos que reciben el comercio español son los siguientes: Veracruz, Porto Belo y Cartagena. A esto hay que añadir algunos envíos excepcionales hacia algunos puertos, sobre todo a Buenos Aires. Especialmente la distribución de bienes hacia la masa continental se hace a través de los puertos que se han mencionado y, de igual manera en ellas se organizan los envíos a España de mercancías americanas, en especial metales preciosos.

A partir de mediados del siglo XVII, o incluso antes, el "monopolio"español más que una realidad, se ha convertido en una petición de principio. ¿Cómo aspirar a un "monopolio" si durante la época era muy difícil. El imperio de América muestra un apetito extraordinario durante todo el siglo XVII. Si España no es capaz de satisfacerlo, es reflejo de la crisis española del siglo XVII y no de la crisis americana. Insisto: en lo que se refiere al comercio internacional, la América española no representa una señal de crisis en el siglo XVII, esencialmente es cuando se establecen definitivamente las relaciones comerciales interamericanas.

A manera de conclusión tenemos que un cierta desindustrialización, sobre todo en el ramo textil, de la zona mediterránea que se convierte en un lugar de importación de productos manufacturados, importación compensada por la exportación de productos en bruto o semielaborados, sobre todo en dirección a la Europa del noroeste y a la Europa central y oriental.

ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES


Dentro de las consideraciones finales encontramos el argumento central de Ruggiero Romano, las coyunturas opuestas que existen en Europa y América en torno a la crisis del siglo XVII. Con esto llega a la consideración final de que la crisis europea del siglo XVII no se presta a dudas , pero dentro de esta crisis, es preciso destacar ciertos grados, ciertos matices que corresponden al gran desplazamiento que hubo del mediterráneo hacia Europa del norte. Por lo tanto el argumento al que se torna esta obra es, al igual que el anterior, a esa coyuntura en América inversa con relación a Europa.

La agricultura en América no da señales de una gran recuperación, pero si muestras de una cierta "estructuración, de una clara consolidación de las situaciones inciertas, precarias, que habían madurado durante el siglo XVI. Al siglo de la conquista, animada esencialmente por la búsqueda de metales preciosos, sigue el siglo XVII, siglo de la tierra, pero eso evidentemente no significa que haya perdido el interés por el oro y la plata."

Como hemos visto a lo largo de la obra existe, una oposición entre una coyuntura americana y una Europea. Y esto se puede apreciar claramente al inicio de este análisis donde se señala la importancia de las mismas en el desarrollo de cada país, tanto social, comercial y político. Ejemplo de los impactos de dicha crisis, los podemos comprobar con tan sólo revisar los capítulos anteriores, pero cabe destacar que España, sufrió al igual que la mayoría de la Europa Mediterránea el tremendo impacto provocado por dicha crisis, pero también se debe aclara que América se libero de España y de la crisis a media que esta se vio afecta por este fenómeno social, político y económico.

CONCLUSIONES

A las conclusiones que pude llegar a la hora de elaborar el trabajo, es que Ruggiero Romano, se refiere a la historia económica de una manera monótona, y hasta cierto punto cansada, ya que no puedo negar que es un escritor con muchos conocimientos sobre el tema, pero también es necesario escribir con un poco de animación, en el sentido de que el lector no llegue al aburrimiento.

Otra cosa que me parece fundamental es evidentemente existe una coyuntura que se ve reflejada en el desarrollo de ambos lugares, aunque sabemos que la crisis no afecto de la misma manera a ambos, pues no son ni los mismos motivos, fenómenos, o bien ni los mismos lugares. De tal forma en América se vivió con menos intensidad la crisis por que no contaban con el mismo desarrollo, la misma población, ni los mismos precios.

A finales del siglo XVII, los territorios americanos se habían convertido en un foco de rivalidad para las potencias europeas en lo que respecta al comercio y al equilibrio de poder internacional. Todos los barcos mercantes que viajaban desde las colonias hasta España se detenían en el Caribe, donde eran el blanco de corsarios ingleses, holandeses y franceses. Los piratas asaltaban las flotas que portaban tesoros, atacaban puertos, traficaban con mercancías y, ocasionalmente, se instalaban en islas con clima y tierras propicios para el cultivo de la caña de azúcar y se dedicaban al contrabando. De este modo, los ingleses se hicieron con el control de Jamaica durante la segunda mitad del siglo XVII, y la isla se convirtió en el cuartel general de criminales, piratas y contrabandistas.

A principios de 1638, los ingleses establecieron una colonia en buena parte del territorio que en la actualidad pertenece a Belice. En el siglo XVII, marinos ingleses, holandeses y franceses se instalaron en Guayana (en la actualidad, esencialmente, Surinam, Guayana Francesa y Guyana). Aun así, otras potencias coloniales preferían enriquecerse indirectamente a través de las colonias de España en América.

En el siglo XVII, América se había convertido en un foco de rivalidad para las potencias europeas. La banca prosperó, el comercio se expandió y los precios se dispararon. España, sin embargo, no era más que un lugar de tránsito para estas riquezas. El gobierno destinaba grandes cantidades a financiar las costosas guerras, las campañas contra los herejes, los lujos de los monarcas y los nobles, y los gastos administrativos de todo el Imperio. Además, la recesión europea que se inició en la década de 1620 afectó a España especialmente.

La sombra del atentado

A partir del 11 de septiembre pasado se ha abierto a nivel mundial una nueva situación, con amplias y profundas consecuencias, tanto para la clase obrera y las luchas de los oprimidos de todo el mundo, como para la ubicación del imperialismo y la correlación de fuerzas entre los Estados. Desde los grandes medios de comunicación se ha lanzado una intensa campaña de intoxicación ideológica para obtener el apoyo de los millones de seres humanos que se conmovieron ante la magnitud del ataque. Los efectos del ataque de Nueva York se potencian por el hecho que ninguna organización política ni gobierno lo ha reivindicado como propio. Las acusaciones del gobierno de Estados Unidos a Bin Laden han sido rechazadas por éste. Varios servicios de inteligencia europeos ponen en duda la participación talibán y apuntan a otras conexiones; pero estas especulaciones también distan de ser concluyentes. Nadie ha presentado programa u objetivo estratégico alguno que puedan servir de marco político al ataque. Esto ha favorecido la campaña propagandística de los medios burgueses, y al progreso de las posiciones imperialistas. Es necesario, por lo tanto, poner el acento en el análisis objetivo de las consecuencias y de los hechos que se están desarrollando a partir del 11 de septiembre .



Una campaña cínica


En primer lugar es necesario denunciar la cínica campaña que pretende que el mundo se ha dividido entre el "bien y el mal", entre la "civilización y la barbarie"; representando Occidente, con el imperialismo y Estados Unidos a la cabeza, la "civilización y el bien absoluto", y todos quienes no lo apoyan la "barbarie y el mal absoluto". El estado americano, que hasta ayer nomás bombardeaba salvaje y masivamente la ex Yugoslavia, que aún diez años después de terminada la guerra del Golfo sigue atacando a Irak, que tiene un largo y triste record de intervenciones armadas en todas partes del mundo, que conserva la exclusividad de haber sido el único estado que utilizó la bomba atómica contra poblaciones civiles, que ha armado hasta los dientes guerrillas contrarrevolucionarias y promovido golpes de estado contra todo régimen que no fuera de su agrado, que ha arrasado un país como Vietnam hasta la devastación más absoluta, se presenta ahora como defensor de la "justicia, la libertad y la civilización". Sólo con el bloqueo a Irak se calcula -según la ONU- que murieron 1.000.000 de niños a causa de desnutrición y falta de medicamentos, y otros varios millones tendrán secuelas por estos motivos durante el resto de sus vidas. Sin embargo, según los parámetros de "moralidad" de Washington y de los gobiernos y grandes medios que lo están apoyando, éste fue un acto de la "civilización", contra "los bárbaros", porque en última instancia las poblaciones hambreadas y bombardeadas son "de segunda", "naturalmente" culpables y merecedores de castigos sin fin. Para ellas no hay duelos oficiales ni defensa de los "derechos humanos".

Destaquemos también que los principales estados que integran el coro de cínicos defensores de los derechos humanos ultrajados no tienen mejor record: Inglaterra, Francia, Italia han cometido las peores atrocidades no sólo en Asia y Africa, sino también contra las mismas poblaciones europeas y han acompañado y apoyado la mayoría de las intervenciones de Estados Unidos de América en los últimos años. Por otra parte, todos estos apóstoles de la paz y de la concordia universal han apoyado sin reservas a Israel, estado que se ha levantado a partir de una actividad terrorista sistemática -destinada a expulsar a los árabes de sus territorios-, actividad que no ha dejado de perfeccionar y profundizar en las décadas transcurridas desde su fundación. Para millones de refugiados, de seres humanos condenados a vivir en campamentos, sin posibilidades de trabajo ni futuro, y según el particular criterio de los Bush y los Blair, tampoco hay derechos humanos. Sí los hay para el estado de Israel, que legaliza la tortura y mantiene un régimen policial-terrorista en los territorios ocupados, que convierte a los árabes en extranjeros en sus propios territorios y apunta a expulsarlos definitivamente.



Lucha "contra el terrorismo" y aumento de la represión


La primera consecuencia visible de esta cínica campaña en defensa de la "libertad y los derechos humanos", y "contra el terrorismo" es que legitima el fortalecimiento de un régimen globalizado policial y represivo. Es que todo elemento crítico, todo luchador contra la explotación o la opresión es pasible de ser caracterizado como "terrorista" y perseguido como tal. Es bueno traer a la memoria que el gobierno argentino no vaciló en calificar de "terrorista" a los piqueteros; y que también en este país fueron "terroristas" los miles y miles de activistas y militantes desaparecidos bajo al dictadura militar. El mote de "terrorista" es conveniente para poner en primer término el elemento represivo y policial en las políticas de los estados -con Washington a la cabeza- frente a cada protesta social o desorden público cuyas raíces no son otras que las terribles condiciones socioeconómicas en que viven los pueblos. Utilizando el pretexto del atentado, se aboga por todos lados en favor de intensificar la represión contra todo elemento disidente, interno o externo. Todos los espacios de libertades democráticas burguesas amenazan ser cercenados: el derecho de reunión, de información, de peticionar, de manifestar. En Estados Unidos estas limitaciones apuntarán en primer lugar contra toda las voces críticas; por ejemplo, contra aquellos que ya han comenzado a reunirse en organizaciones por los derechos civiles para formar una Coalición en Defensa de la Libertad y contra la guerra. Hay que recordar al respecto la importancia que tuvieron movimientos similares durante la guerra de Vietnam para debilitar la política del imperialismo.

Pero no se trata sólo de aumentar la vigilancia por cámaras de video, de extender y legalizar las escuchas telefónicas, la intercepción de correspondencia y de los correos electrónicos, de imponer mayores restricciones al movimiento de personas a lo largo de fronteras, sino de legitimar la utilización de los métodos propios de las dictaduras a nivel planetario. Por eso el vicepresidente de Estados Unidos planteó que la CIA debería tener carta blanca para utilizar "métodos sucios en la próxima guerra sucia"; otros altos funcionarios, legisladores y asesores pregonan la contratación libre de violadores de derechos humanos y actuar si restricciones de ningún tipo. Se puede argumentar, y con razón, que los Estados imperialistas -y sus servicios de inteligencia y fuerzas armadas en particular- nunca dejaron de actuar de esta manera, y concluir que nada cambia en sustancia. Pero lo importante es destacar el giro que se está operando, el apoyo abierto que se está buscando para esta política al blanquearla frente a la opinión pública, porque apunta a intensificarla cualitativamente.

Este giro tiene su correlato en Argentina; Ruckauf redobló su apuesta a favor de un estado más represivo, López Murphy y otros piden más presupuesto para seguridad y desde el Gobierno y el Senado se proponen programas de reestructuración y reforzamiento de la inteligencia interior y control de fronteras por las fuerzas armadas.

Por otra parte, la agitación sobre el terrorismo ayuda a desviar la atención de los explotados de las causas económicas, sociales y políticas de los males que padecen (en lugar de trabajo, educación, salud, salarios, se demanda a los gobiernos "seguridad"); legitima la colaboración represiva entre los estados y las intervenciones exteriores de tipo policial-represivo (borrando en buena medida los límites entre la intervención interna y externa); y proporciona un elemento de cohesión para las políticas imperiales y de justificación para los gobiernos que las apoyan.



Estrategia imperialista y giro militar


Desde la caída de la URSS el imperialismo ha intentado justificar el mantenimiento de un fuerte aparato militar e intervencionista a lo largo del mundo. El discurso sobre "el fin de la historia" y la entrada en el reino universal de la armonía del mercado y la democracia burguesa, formulado inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín, rápidamente dio paso a las tesis sobre "la lucha entre las civilizaciones", con la que pretendieron justificar las intervenciones armadas contra Irak, el hostigamiento a Irán, los bombardeos a Sudan y Libia. Se trata de inculcar en la opinión pública la idea de que los desórdenes en el mundo no se deben a la explotación o a las opresiones nacionales y que los conflictos no son entre clases sociales, o por la marginación y pauperización de las masas, sino son conflictos entre "culturas" o "civilizaciones" básicamente incompatibles (siendo la occidental, por supuesto, "la verdadera" civilización). Es una concepción que alienta la xenofobia y el nacionalismo e impulsa a rechazar a lo "extranjero" y a lo diferente; que infunde a las intervenciones militares imperialistas contra los regímenes "parias" de una coloración de "cruzada"; que tiene connotaciones claramente racistas, desde el momento que "lo árabe" se confunde con la maldad y la barbarie; y que en última instancia también es funcional a los movimientos nacionalistas más reaccionarios en todo el planeta.

Este discurso, que estaba siendo alentado por los centros ideológicos del imperialismo (profesores del establishment universitario, grandes diarios, fundaciones privadas, etc.), ha recibido un nuevo impulso a partir del 11 de septiembre y ha sido adoptado por importantes medios de prensa y "formadores de opinión" locales. Combinado con la idea del combate con el terrorismo, pasa a ser una bandera bajo la cual se desplegará el intervencionismo militar imperialista.

En este respecto es importante tener en cuenta que la tendencia a intensificar el rol de policía del mundo de Washington estaba presente antes del ataque a las Torres Gemelas. Una prueba es que luego de una pequeña baja al terminar la Guerra del Golfo, el presupuesto militar de Estados Unidos ha venido creciendo de manera constante, llegando a fines de los noventa a los picos que había alcanzado a comienzos de la década. Un gasto en defensa equiparable a la suma de los realizados por China, Rusia, Inglaterra y Alemania, que no sólo apuntaba a los llamados "estados parias", sino también a impedir a largo plazo la emergencia de cualquier poder estatal que pudiera cuestionar la hegemonía de Estados Unidos en los centros vitales del planeta. De ahí también el renacimiento, en los últimos tiempos, del proyecto llamado "guerra de las galaxias", las nuevas hipótesis de conflicto a largo plazo que estaba elaborando el Pentágono, que visualizaban a China o Rusia como potenciales enemigos. Así, ya desde el gobierno de Clinton se viene preconizando la necesidad de aumentar de nuevo el presupuesto militar, a fin de preservar la superioridad militar de EE.UU. sobre todos sus adversarios posibles, actuales o futuros. Se insistía en la modernización de los equipos y en el mejoramiento de la capacidad de desplegar fuerzas en escenarios lejanos. De ahí planes que se manejaban en el Pentágono y el Senado norteamericano de aumentar navíos de guerra, submarinos de ataque y portaviones; de mejorar el transporte de larga distancia de tropas, garantizar la superioridad americana en materia de información, comunicaciones, inteligencia; extender la infraestructura militar al espacio. Pero esta estrategia no estaba del todo aceptada; la retórica de la lucha contra los "estados parias" había caído en un progresivo descrédito, con Irak desmantelado, Irán virando hacia la moderación y Corea del Norte hambreada. Nadie podía ocultar que las armas de que disponen estos estados "parias" son anticuadas. Sin embargo, a partir del 11 de septiembre la bandera del imperio en combate vuelve a legitimarse -aunque tal vez se reformulen algunas hipótesis de conflictos estratégicos- con amplio consenso de la población. Casi inmediatamente después del ataque el Gobierno de Estados Unidos aumentó en 40.000 millones los gastos para el sector bélico, llamó a 65.000 reservistas, y desplegó un enorme aparato militar a lo largo del mundo. Se puede decir que la caída de las Torres Gemelas está cumpliendo el rol que cumplió Pearl Harbour para conseguir el apoyo público a la intervención norteamericana en la Segunda Guerra mundial (y hoy existen bastantes pruebas que inducen a pensar que entonces el Gobierno sabía del ataque japonés y no hizo nada por impedirlo).

Por otra parte Estados Unidos trata de alinear detrás de él una amplia coalición de potencias y de países dependientes. De manera brutal Bush lo expresó al decir que "se está con nosotros o con el terrorismo". Una presión que se intensifica en la medida en que asoman otros peligros, como el debilitamiento de la economía norteamericana -y del dólar frente al euro. La resistencia sorda que están ofreciendo varios países europeos a este alineamiento sin fisuras que exige Washington posiblemente sea fuente de algunas importantes contradicciones interimperialistas. Sin embargo, es un dato a tener en cuenta que Estados Unidos ha logrado el aval de Rusia para las operaciones en Asia Central, y el acuerdo para la acción unificada de la OTAN.



Dos zonas vitales para el imperialismo


En este marco merece especial atención la partida que está jugando el imperialismo en Asia Central, el rol que juegan Afganistán y Pakistán en ello, junto a los objetivos permanentes de Washington en el Golfo y Medio Oriente. Es que la amplia franja que va desde las costas del Mar Negro hasta China, en especial las áreas que rodean al Caspio, han sido objeto de una tan intensa como sorda disputa por parte de grandes empresas imperialistas y sus estados a partir de su "liberación" del dominio soviético. Se considera que estas tierras contienen inmensas reservas petrolíferas y gasíferas, en cantidades equiparables a las de Medio Oriente. Está en disputa entonces quién logrará la hegemonía en la zona y también por dónde pasarán los gasoductos y oleoductos que transportarán esas riquezas hasta los mares abiertos.

Fue precisamente esta última cuestión la que movió a Estados Unidos a apoyar la llegada de los talibanes al poder en 1996. Por eso, inmediatamente de instalados los talibanes en Kabul, el departamento de Estado calificó de "positiva" la victoria talibán y anunció el envío de una delegación oficial a Kabul. Más significativo aún, se sabe que las empresas petroleras americanas apoyaron económicamente a los talibanes y aplaudieron su avance en 1996. Por ese entonces Washington se preocupaba bien poco por los derechos humanos en Afganistán, por la situación de sus mujeres y las libertades democráticas o por la vida de los opositores al régimen que eran asesinados por los talibanes. Es que su objetivo era abrir un corredor hacia Asia Central a través de Afganistán, por donde pasarían los gasoductos y oleoductos que conectarían los yacimientos de Turkmenistán con los puertos ubicados en Pakistán. Estados Unidos tenía sumo interés en privar a Irán de esta salida, en el marco de su política de "doble contención" -a Irán e Irak- en el Golfo. Por otra parte, debilitaba la influencia de Rusia en Asia Central (otra candidata a la salida de los oleoductos y gasoductos [1]) y de los capitales petroleros europeos (particularmente franceses); y empezaba a poner frenos a la expansión de China hacia el oeste, también interesada en asegurarse vías de aprovisionamiento en el Golfo y Asia Central. El posterior giro de los talibanes a posiciones anti estadounidenses abortó la jugada de Washington, pero lo importante es recordar -en medio propaganda sobre el carácter "humanitario" y "democrático" de la nueva guerra que va a desatar el imperialismo contra la población afgana- los intereses materiales concretos que están detrás de muchos de estos discursos. En principio, el consentimiento de Pakistán para que se utilice su territorio, los acuerdos con los disidentes afganos al régimen talibán y las negociaciones con los regímenes de Asia Central (interesados en debilitar sus disidencias internas alimentadas por los talibanes) son todos factores que apuntalan la reaserción de influencia de Estados Unidos sobre una zona que es altamente conflictiva y en la que tiene intereses vitales.

Paralelamente se agita el "combate al terrorismo" para profundizar el hostigamiento hacia Irak e Irán; lo que encaja en el objetivo permanente de Washington, de impedir el surgimiento de cualquier país hegemónico en el Golfo.

Más en general, hay que tener presente que en toda la zona Estados Unidos presiona para alinear a los gobiernos detrás de su estrategia, alentando a los regímenes más reaccionarios sin la más mínima consideración por los famosos "derechos humanos". Así, no sólo apoya al estado terrorista de Israel, sino también es un sólido aliado de Arabia Saudita, un régimen donde la charia cuenta como la ley fundamental; donde gobierna una familia de manera completamente totalitaria, que apoya los movimientos más reaccionarios, y donde es extrema la opresión de la mujer.

Es necesario oponerse con todas las fuerzas a la nueva agresión del imperialismo -al momento de escribir estas líneas los ataques parecen inminentes- no sólo porque serán fuente de sufrimientos infinitos para millones de seres humanos, sino también porque terminarán fortaleciendo regímenes reaccionarios y profundizando el atraso y la miseria.



Refuerzo de la xenofobia y el nacionalismo


Una de las consecuencias más nefastas que ha tenido el 11 de septiembre ha sido el reforzamiento de la xenofobia, el nacionalismo, el racismo. En muchos lugares, en especial en Estados Unidos, se han registrado ataques contra las comunidades musulmanas o simplemente contra los árabes; también se intensificó la discriminación -extendida a los extranjeros- en América y Europa. Si bien anecdótico, la venta de banderas norteamericanas está demostrando una profundización del nacionalismo, con todo lo que ello implica desde el punto de vista ideológico y político. La idea que está en juego el choque entre "yanquis y sus amigos", por un lado, y "los pueblos por el otro", tomados cada uno en su totalidad, conlleva la noción que los conflictos deben resolverse en términos de enfrentamientos nacionales -esto es, de trabajadores contra trabajadores- y no en términos de clases -esto es, de explotados contra explotadores y sus estados.



La naturaleza de los movimientos islámicos



En algunos sectores de la izquierda circula la tesis que dice que los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono son progresivos porque han sido hechos por movimientos -o estados- enfrentados al imperialismo. Se sostiene que todo lo que enfrente a los Estados Unidos debe ser apoyado, y que éste es el caso; aunque nadie tenga muy en claro quién los haya ejecutado ni las políticas que sustentan estas organizaciones. Recordemos que con razones similares algunos partidos de izquierda pasaron por alto las matanzas de los kosovares y de los kurdos y se alinearon detrás del gobierno serbio de Milosevic y con el régimen de Saddam Hussein. Se trata de un antiimperialismo "a cualquier precio" que nos parece altamente perjudicial para la causa de los trabajadores, y que en el caso del ataque del 11 de septiembre incluso encuentra menos justificativo.

En primer lugar, es necesario insistir en que en este último caso, salvo la idea del ataque "al imperio global del consumismo y el dinero" -sintetizadas en las Torres Gemelas- y al poder militar imperialista -el Pentágono- ni siquiera está claro cuál es el programa y el proyecto más general que lo enmarca. ¿Se reivindica un proyecto de sociedad talibán, un régimen como el iraquí, un programa como el del Frente Islámico de Salvación argelino? ¿Qué clase de perspectiva es ésta que ni siquiera es explicitada y defendida abiertamente ante las masas explotadas y oprimidas del mundo? Los movimientos guerrilleros ligados a causas nacionales con reivindicaciones territoriales concretas, o los grupos armados de los setenta, para mencionar algunos ejemplos, enmarcaban sus acciones en programas y propuestas sociales y políticas. Podía acordarse o no con sus tácticas, pero la discusión política y programática estaba clara. En el caso que nos ocupa esto no puede hacerse, en especial porque es prácticamente imposible darle algún sentido político a la destrucción de Manhattan, con su extensa lista de víctimas, entre las que hay innumerables trabajadores y gente de todas nacionalidades.

En cierto sentido esto recuerda la masacre de 85 turistas europeos en 1985 en Luxor, Egipto, realizada por un grupo islámico, la Jihad -que, significativamente, hoy integra la organización de Bin Laden. El resultado fue que obtuvo el repudio general de los propios egipcios, y no lo defendieron ni siquiera los movimientos que decían compartir sus objetivos islámicos.

En segundo lugar, la historia de muchos de estos grupos está plagada de virajes a favor o en contra de las potencias extranjeras y/o los estados de la región. La historia de los talibanes, que por estos días fue explicada muchas veces en la TV -fueron armados y entrenados por Estados Unidos y apoyados por Arabia Saudita para enfrentar la ocupación soviética de Afganistán en los ochenta- y la de Bin Laden -encargado del reclutamiento de tropas para esa guerra- se repite con otros movimientos similares. A igual que sucedió con los talibanes, muchos de ellos fueron funcionales al imperialismo durante la Guerra Fría y para debilitar regímenes nacionalistas en diversas zonas de Medio Oriente y el norte de África. Pero no pudiendo ser asimilados luego por los regímenes existentes, carentes de un programa superador del atraso o crítico con respecto a sus propias clases dominantes, expresando muchas veces a sectores marginalizados y extremadamente empobrecidos, terminan adquiriendo una dinámica propia, enfrentados a las burguesías de la zona y al imperialismo. Un caso paradigmático son los Hermanos Musulmanes, de Egipto, un movimiento que fue alentado en sus orígenes por la CIA dado su carácter anticomunista y contrario al nacionalismo que por entonces desplegaba Nasser (líder del nacionalismo panárabe). Luego de la desaparición de éste, los Hermanos Musulmanes fueron manipulados por Sadat, también para enfrentar a la izquierda; pero terminaron virando en redondo hacia posiciones nacionalistas y antiestadounidenses, y asesinando al propio Sadat en 1981. Significativamente, quien sería hoy el segundo de Bin Laden, el egipcio Ayman al Zawahiri, proviene de este movimiento.

Organizaciones similares fueron alentados por Estados Unidos y Arabia Saudita para enfrentar a la izquierda en diferentes partes de Medio Oriente. Algunos grupos también estuvieron en la ex Yugoslavia, donde cometieron toda clase de abusos contra poblaciones.

Ninguno de ellos levanta hoy un programa superador del atraso y estancamiento; todos están muy lejos de los programas que plantearon los regímenes nacionalistas "tercermundistas" en los cincuenta y sesenta -años en que las masas miraban esperanzadas a Argelia y Egipto, en que Cuba y Guevara eran tomados como ejemplos a seguir. Estos movimientos en su momento desplegaron programas de desarrollo, intentando industrializar de manera independiente los países atrasados, apelando incluso a programas dirigistas y enfrentando los prejuicios ancestrales y reaccionarios. Se puede criticar muchos de estos proyectos por sus carencias, pero desde todo punto de vista eran progresivos frente a lo que vino después. El fracaso de los desarrollos nacional estatistas, junto a la caída del bloque soviético, y el despliegue del capitalismo globalizado -en el marco del desprestigio de las ideas socialistas- empujó a sectores de las clases dominantes de los países árabes a combinar la reivindicación nacional -en especial la palestina- con la consigna de la "vuelta al Corán", como salida a los males.

De esta manera, se levantan las banderas de la xenofobia, el aislamiento, la aplicación de la ley coránica y el sometimiento de la mujer; y se reivindican regímenes como el de Sudán o Afganistán, que están dirigidos por elementos desprendidos de las propias clases dominantes de la región. Al margen que tenga el apoyo de amplios sectores de estas poblaciones, se trata de un antiimperialismo que no tiene nada de progresivo; es una reacción a la globalización capitalista que no ofrece salidas favorables a las masas (algo sobre lo que deberían tomar nota muchos grupos de izquierda que los aplauden). Y que además, en cualquier momento pueden virar hacia alguna de las grandes potencias que están implicadas en el juego de influencias en Asia y Africa, como ya lo hicieron en el pasado.

Es por lo tanto imperioso para la izquierda condenar los ataques de las potencias imperiales sobre estos países (al momento de escribir este artículo están a punto de comenzar), y combatir la política imperialista de agresión de estos pueblos, sin por ello comprometer el más mínimo apoyo político a regímenes como el iraní, al sudanés o el talibán.



Por una posición independiente


Desde las tribunas del imperialismo y de las burguesías alineadas con sus políticas se presiona a la población para tomar partido por su causa. Es imperioso que los marxistas luchemos contra esta corriente de nacionalismo imperialista y xenofobia, por parar la mano de la agresión, por detener la masacre de miles y miles de trabajadores, de campesinos, de hombres y mujeres de las zonas que están siendo elegidas como blancos de la OTAN.

Pero al mismo tiempo es necesario explicar el carácter y las consecuencias de las acciones del 11 de septiembre. Debe evitarse la falsa dicotomía que vuelven a plantear muchos compañeros de la izquierda, que dicen que si criticamos políticamente los ataques nos ubicamos "objetivamente" en el campo del imperialismo.

Nos negamos terminantemente a aceptar esta supuesta opción "de hierro". A los que así razonan les queremos recordar que con similares argumentos durante años se silenciaron las críticas a las aberraciones que cometían el stalinismo y tantos regímenes nacionalistas "izquierdistas". Intervenciones militares "en defensa del campo socialista" en Berlín, Checoslovaquia, Polonia; campos de concentración por doquier; detención y persecución sistemática de opositores: todo era justificado en aras "de la unidad frente al imperialismo". Quien criticaba "objetivamente" se ubicaba en "la otra trinchera". Incluso hubo quienes trataron de justificar las masacres de los khmers rojos de Camboya, porque iniciada esta lógica de razonamiento ¿cuál es el límite? ¿dónde nos paramos?

Más aún, existe un aspecto de la cuestión de los ataques que hace referencia al tema humano. La destrucción de las Torres Gemelas llevó a la muerte a centenares de trabajadores, de víctimas de la explotación capitalista. Alguien puede argumentar que, después de todo, los imperialistas también bombardean poblaciones civiles. Pero ... ¿debemos colocarnos los revolucionarios al nivel de la barbarie imperialista? De nuevo, la pregunta que se impone es ¿adónde nos lleva esta lógica? Si el enemigo tortura, ¿los revolucionarios vamos a emplear la tortura cuando tengamos el poder? Si los enemigos son los "yanquis", en general, ¿habría que apoyar una guerra bacteriológica contra la población? Incluso las organizaciones armadas latinoamericanas, para tomar un punto de referencia, que actuaron en los setenta, además de enmarcar sus acciones en programas y propuestas, tenían principios de ética revolucionaria que marcaban muy precisamente los límites del accionar armado: no se torturaba, no se asesinaba a mansalva y se procuraba siempre de minimizar las bajas propias y las del enemigo; quien, por el contrario, torturaba y secuestraba y asesinaba a mansalva.

Por supuesto, no somos pacifistas; sabemos que la revolución es un acto de violencia, y que ésta siempre fue "la partera de la historia". Los explotadores no dejarán la escena histórica "por las buenas"; Chile e Indonesia, para mencionar sólo dos casos paradigmáticos, atestiguan la verdad de lo que afirmamos. La idea de lucha revolucionaria, de pelea intransigente contra la barbarie capitalista, debe ser conservada y explicada entre la vanguardia, máxime en estos períodos de confusión ideológica y reacción en todas las líneas. No alentamos la más mínima ilusión en la transformación constitucional de este régimen mundial de opresión y explotación. Sin embargo, nuestro proyecto socialista no puede levantarse sobre montañas de cadáveres. Con toda razón Marx ha dicho que la clase obrera, que "representa la pérdida total de la humanidad ... solo puede recuperarse recuperando plenamente lo humano". En tanto los socialistas no critiquen clara y tajantemente acciones como las del 11 de septiembre, en tanto sigan concediendo y justificando "en aras de la unidad antiimperialista", no sólo se seguirá debilitando y postergando la recuperación de una conciencia socialista -imprescindible para enfrentar con éxito el ataque globalizado del capital- sino también se debilitará la lucha contra el imperialismo y por la liberación de los pueblos sometidos -Palestina, Irlanda- a la que quieren contribuir.



A modo de resumen


El ataque del 11 de septiembre ha tenido efectos muy regresivos desde el punto de vista de la conciencia de lucha contra el imperialismo y de la organización de los explotados. Ha favorecido la intoxicación nacionalista y xenófoba entre los grandes proletariados del mundo, particularmente en Estados Unidos; ha ayudado al imperialismo a legitimar su política frente a las masas. Ha aumentado la confusión en las masas, al punto que ni siquiera está claro el programa que enmarca los atentados.

A partir de esto, el imperialismo y los medios burgueses han lanzado una cínica campaña de "lucha contra el terrorismo" y "por la salvación de la civilización", que apunta a militarizar y profundizar la represión contra las masas. Y prepara ataques masivos e inminentes, que reaseguren su influencia sobre las amplias zonas conflictivas, vitales para los abastecimientos energéticos. Miles y miles de seres humanos están a punto de ser asesinados en una nueva agresión imperialista. Es necesario oponerse con todas las fuerzas a este curso, explicando y enfrentando la ola reaccionaria. Sin dejar por ello de tomar distancia crítica con respecto al atentado y las fuerzas que puedan estar detrás del mismo.

Los ataques del 11 de septiembre del 2001

Los ataques del 11 de septiembre del 2001

Los arquitectos del World Trade Center fueron protagonistas anónimos de la tragedia vivida en Nueva York este martes.
Según un grupo de ingenieros civíles, la solidez de los edificios, que soportaron el fuerte impacto de los aviones, salvó miles de vidas al permanecer de pie por mucho tiempo.

Sin embargo, reconocieron que el colapso de las torres gemelas fue inevitable.

Los restos de uno de los símbolos de Nueva York.

El fuego provocado por el choque de los aviones alcanzó una temperatura superior a los 800º centígrados, derritiendo los refuerzos de acero instalados en la estructura.

Los expertos cuestionan la orden de enviar a cientos de policías y bomberos al interior del edificio a pesar del riesgo que corrían sus vidas.

John Knapton, profesor de ingenería civil de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, admitió haberse sorprendido ante la resistencia de las estructuras de concreto y acero de las torres.

"Creo que miles de personas salvaros sus vidas gracias a la integridad del edificio", dijo Knapton a la BBC.

"A pesar de que el impacto destruyó gran parte de la estructura, el World Trade Center permaneció de pie por más de una hora, permitiendo a miles de personas escapar a salvo".

Infierno en las Torres

"Nada está diseñado para aguantar estas temperaturas", aseguró Hyman Brown, gerente de construcción del World Trade Center.

El fuego producido por el combustible usado por los aviones alcanzó una temperatura de 800º centígrados derritiendo las estructuras del edificio.

Las torres resistieron el impacto, no el infierno.

"Fue el fuego el que mató a las torres. Nada en la tierra puede soportar este infierno", expresó el ingeniero civil Chris Wise.

"Después de que la parte superior del World Trade Center cedió, se produjo una cadena de destrucción. Los pisos superiores acumularon un peso superior a las 100 toneladas venciendo la resistencia de los pisos inferiores".

Otro edificio de 47 pisos también se desmoronó y los ingenieros alertan que otras estructuras podrían ceder en el transcurso de los próximos días.

De hecho, ya otro edificio del complejo comenzó a derrumbarse.

La guerra de Vietnam

La guerra de Vietnam

1. Introducción

La Guerra de Vietnam fue un enfrentamiento militar que tuvo lugar en Vietnam desde 1959 hasta 1975, cuyo origen fue la determinación de las guerrillas comunistas (el llamado Vietcong) de Vietnam del Sur, apoyadas por Vietnam del Norte, de derrocar al gobierno survietnamita. El enfrentamiento desembocó en una guerra de ambos países que pronto se convirtió en un conflicto internacional cuando Estados Unidos y otros cuarenta países más apoyaron a Vietnam del Sur, mientras que la URSS y la República Popular China suministraron municiones a Vietnam del Norte y al Vietcong.

2. Desarrollo

La guerra se desarrolló como una secuela de la guerra de Indochina (1946–1954), librada entre Francia y el grupo comunista Viethminh, fundado y dirigido por el líder revolucionario Ho Chi Minh.
El 8 de mayo de 1954 los delegados de Vietnam del Norte y del Sur se reunieron en Ginebra con los de Francia, Gran Bretaña, la URSS, Estados Unidos, China, Laos y Camboya, para discutir el futuro de toda Indochina. Según los acuerdos de la conferencia de Ginebra, Francia y Vietnam del Norte firmaron una tregua; se acordó la división temporal del país tomando el paralelo 17 como línea de separación: Vietnam del Norte quedó bajo el régimen comunista y Vietnam del Sur en manos del Gobierno de Saigón.
Ni Estados Unidos ni Vietnam del Sur aceptaron los acuerdos de Ginebra; por esto Estados Unidos decide ayudar militarmente al régimen de Saigón y llevó a cabo actividades encubiertas contra el gobierno de Hanoi. También ofreció ayuda económica directa y envió asesores militares para entrenar a las tropas survietnamitas.
En 1955, Diêm, presidente de la República de Vietnam, anunció que su gobierno se negaba a celebrar las elecciones para la reunificación con el argumento de que la población del norte no sería libre para expresar su deseo y ante la probabilidad de un fraude electoral. Esta postura obtuvo el respaldo de los Estados Unidos. El gobierno comunista de Hanoi proclamó, no obstante, su firme propósito de reunificar el país bajo su hegemonía.
En 1957 los simpatizantes comunistas que habían emigrado al norte tras la división del país comenzaron a regresar al sur. Estos activistas constituyeron el Vietcong ("Vietnam rojo") y empezaron a realizar sabotajes contra instalaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron sus ataques contra el gobierno de Diêm. Los ataques se intensificaron en 1960, año en que Vietnam del Norte proclamó su intención de "librar Vietnam del Sur del yugo opresor de los imperialistas estadounidenses y de sus secuaces". El 10 de noviembre, el gobierno de Saigón denunció que tropas regulares norvietnamitas estaban tomando parte directa en las acciones del Vietcong en Vietnam del Sur. Sin embargo, para demostrar que el movimiento guerrillero era independiente, el Vietcong creó su propia brazo político con cuartel general en Hanoi, llamado Frente Nacional de Liberación (FNL).
En abril de 1961 Estados Unidos firmó un tratado de amistad y de cooperación con Vietnam del Sur y en diciembre el presidente estadounidense John F. Kennedy se comprometió con Vietnam del Sur para ayudarle a mantener su independencia, lo que hizo que llegaran a Saigón las primeras tropas estadounidenses, contando, un año más tarde, con un contingente de 11.200 soldados.
El 1ro. De noviembre de 1963 un golpe de Estado militar puso fin al régimen de Diêm quien, en compañía de su hermano y asesor político Ngô Dinh Nhu fueron ejecutados. En los dieciocho meses siguientes al derrocamiento de Diêm, Vietnam del Sur tuvo diez gobiernos diferentes y en 1965 se formó un Consejo Director Nacional presidido por los generales Nguyên Van Thieu y Nguyên Cao Ky que restauró el orden político. Dos años más tarde, en 1967, se celebraron elecciones y Thieu resultó elegido presidente de la República de Vietnam del Sur.
A principio de la década de 1960 comenzaron a infiltrarse tropas norvietnamitas en Vietnam del Sur para ayudar al Vietcong. Los suministros que la URSS y China enviaban a Hanoi eran, a su vez, trasladados al sur a través de la "Ruta de Ho Chi Minh".
En la primera semana de agosto de 1964 lanchas torpederas norvietnamitas atacaron dos destructores estadounidenses, lo que tuvo como consecuencia bombardeos de represalia sobre objetivos militares en Vietnam del Norte, ordenados por el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson. En febrero de 1965 aviones estadounidenses iniciaron sus bombardeos regulares sobre Vietnam del Norte. La presencia militar estadounidenses fue creciendo en Vietnam progresivamente, hasta que a finales de la guerra, la fuerza de combate estadounidense ascendía a unos 200.000 soldados. En diciembre de 1965 el presidente Johnson cesó de nuevo los ataques aéreos contra Vietnam del Norte en un nuevo esfuerzo por lograr un acuerdo de paz; tras su fracaso se reanudaron las incursiones aéreas y en junio de 1966 los aviones estadounidenses comenzaron a bombardear grandes instalaciones militares en las proximidades de Hanoi y el puerto de Haiphong. En octubre de 1966 representantes de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia, Corea del Sur y Filipinas (países que habían enviado tropas a Vietnam del Sur) se reunieron en Manila y se comprometieron a retirarse en un plazo de seis meses si Vietnam del Norte cesaba sus ofensivas, pero la oferta fue rechazada nuevamente por las autoridades norvietnamitas. También el presidente estadounidense Johnson se entrevistó con el dirigente soviético Alexéi Nikoláievich para iniciar negociaciones de paz, pero el conflicto continuó y el balance de la guerra, en pérdidas humanas y en costes económicos crearon un sentimiento de repulsa en gran parte de la opinión pública de Estados Unidos que pedía el fin de la guerra.
Durante la intervención estadounidense (1965-1973) el ejército survietnamita combatió principalmente contra le guerrilla del Vietcong, mientras que las tropas estadounidenses y aliadas lo hicieron contra el ejército norvietnamita, siempre triunfando las tropas no comunistas.
En 1968 el gobierno estadounidense, presionado por la opinión pública, había llegado a la conclusión de que la guerra no se podría ganar. E 31 de marzo el presidente Johnson anunció la paralización de los bombardeos sobre Vietnam del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi y en mayo se iniciaron las conversaciones de paz en París entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el FNL del Vietcong, cuyos primeros resultados fueron negativos. Ni la reducción de las tropas estadounidenses (ordenadas por Richard Nixon, sucesor de Johnson) ni la muerte de Ho Chi Minh sirvieron para superar el estancamiento de las negociaciones de París. Los delegados de Vietnam del Norte continuaron insistiendo en la retirada completa de Estados Unidos como condición indispensable para firmar la paz.
En 1970 se reanudaron los ataques aéreos sobre Vietnam del Norte. En 1971 el ejército survietnamita combatía, además de en su territorio, en Laos y en Camboya. En este punto del conflicto las negociaciones de París y la guerra misma quedaron ensombrecidas por las elecciones presidenciales que habían de celebrarse en Vietnam del Sur, donde Nguyên Van Thieu fue reelegido para otros cuatro años.
La progresiva retirada estadounidense continuó a lo largo de los últimos meses de 1971. Este proceso coincidió con una nueva concentración de tropas en Vietnam del Norte, en lo que parecía ser los preparativos de una gran incursión hacia Laos y Camboya a través de la Ruta Ho Chi Minh. Estados Unidos respondió con masivos bombardeos en toda el área, en tanto que las fuerzas comunistas vietnamitas desencadenaron importantes ofensivas terrestres contra las tropas gubernamentales de Vietnam del Sur, Camboya y Laos. Antes de que se iniciara la retirada, el ejército estadounidense llegó a tener destinados en Vietnam del Sur, en 1969, unos 541.000 soldados.
En Estados Unidos, a medida que aumentaba la intervención militar del país, la guerra se había convertido en una cuestión cada vez más polémica. La divulgación de las atrocidades cometidas por tropas estadounidenses en Vietnam aceleró el desarrollo del movimiento pacifista.
El 25 de enero de 1972 el presidente Nixon detalló públicamente las numerosas propuestas que su gobierno había presentado en secreto a los norvietnamitas durante los dos últimos años y medio. Al mismo tiempo desveló un nuevo plan de paz de ocho puntos en el que se hacía constar la celebración de nuevas elecciones presidenciales en Vietnam del Sur. Al plan de Nixon le siguió un plan de paz por parte del Vietcong, en el que se exigía la inmediata dimisión del presidente Thieu, a la que seguirían negociaciones con el gobierno de Saigón una vez que éste hubiera abandonado lo que el Vietcong describía como política belicista y represiva. Igualmente, la delegación norvietnamita en París anunció que liberaría a los prisioneros de guerra estadounidenses sólo después que Estados Unidos retirara su apoyo al régimen de Thieu y finalizara su intervención en la guerra. Las tropas survietnamitas, mientras tanto, llevaron a cabo tres incursiones en Camboya a principios de 1972. Las conversaciones de paz de rompieron el 23 de marzo.
Una semana más tarden curso de la guerra dio un giro trágico cuando el 30 de marzo de 1972 Vietnam del Norte desencadenó una gigantesca ofensiva en el Sur, a través de la zona desmilitarizada, sobre la provincia de Quang Tri. El 8 de mayo (1972) el presidente Nixon ordenó minar la mayor parte de los puertos de Vietnam, especialmente el de Haiphong, con el fin de cortar las rutas de suministros enemigas, y los ataques aéreos se dirigieron contra las líneas ferroviarias norvietnamitas causando serios problemas económicos. La ciudad de Quang Tri, tras estar ocupada por los comunistas durante poco más de cuatro meses, fue reconquistada por las tropas survietnamitas el 15 de septiembre (1972).

A partir del 8 de octubre se celebraron reuniones secretas en París entre Kissinger (asesor del presidente de los Estados Unidos) y el delegado norvietnamita Le Duc Tho. Se logró un avance en las negociaciones cuando Vietnam del Norte aceptó un plan de paz en el que se distinguían la solución militar de la guerra y el arreglo político; Vietnam del Norte renunciaba a su demanda de un gobierno de coalición en Vietnam del Sur y se estipulaba una fórmula para discutir simultáneamente la situación de Camboya y Laos. Si bien el 26 de octubre Kissinger devela un plan de paz de nueve puntos, el presidente Thieu lo considera como una traición ya que los aspectos técnicos quedaban sin resolver. El 4 de diciembre se reanudaron las conversaciones, pero se rompieron el 16 de noviembre. Al día siguiente Nixon ordenó un bombardeo masivo sobre Hanoi y Haiphong, que fue la más contundente ofensiva aérea de la historia.
A pesar del incremento de los bombardeos estadounidenses, ambas partes se mostraban interesadas en salvaguardar los progresos alcanzados en las negociaciones y el 30 de diciembre cesaron los ataques aéreos estadounidenses más allá del paralelo 20. Con el nuevo año se reanudaron las conversaciones en París, por lo que Nixon ordenó detener los ataques aéreos sobre Vietnam del Norte.
El 23 de enero de 1973 Nixon anuncia por televisión a todo Estados Unidos que se había alcanzado finalmente, tras seis días de negociaciones, un acuerdo para el alto el fuego. El 27 de enero las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y del gobierno Revolucionario Provisional firmaron el Acuerdo de Fin de la Guerra y de la Restauración de la Paz. Esto exigía el cese completo de las hostilidades, la evacuación de todas las tropas estadounidenses y de potencias extranjeras en Vietnam del Sur en un plazo de 60 días, el intercambio de todos los prisioneros de guerra de ambos bandos en intervalos quincenales y en un plazo de 60 días, el reconocimiento de la zona desmilitarizada "sólo como frontera provisional y no como frontera política o territorial", la creación de una Comisión Internacional de Control para supervisar el cumplimiento del tratado de paz y la convocatoria de una conferencia internacional a celebrar en 30 días. El acuerdo permitía que 145.000 soldados norvietnamitas permanecieran en Vietnam del Sur, pero se limitaba su futuro despliegue y número de hombres. A fines de marzo de 1973 se habían retirado todas las tropas estadounidenses. Vietnam proclamó su reunificación el 2 de julio de 1976 con el nombre de República Socialista de Vietnam.
La Guerra de Vietnam fue esencialmente una "guerra del pueblo" puesto que los miembros del Vietcong no eran fácilmente distinguibles de la población no combatiente y además porque la mayor parte de la población civil fue movilizada para algún tipo de participación activa.

El amplio uso que hizo Estados Unidos de napalm mutiló y mató a miles de civiles y el empleo de defoliantes, utilizado para eliminar la cobertura vegetal, devastó el medio ambiente de un país esencialmente agrícola. Se estima que murieron más de dos millones de vietnamitas, tres millones fueron heridos y cientos de miles de niños quedaron huérfanos. Se ha calculado la población refugiada en 12 millones de personas. Entre abril de 1975 y julio de 1982 aproximadamente 1.218.000 refugiados fueron reasentados en más de 16 países. Otros 500.000 (llamados Boat People), intentaron huir de Vietnam por mar, aunque ciertas estimaciones dicen que murió entre el 10 y el 15% y que los sobrevivientes se enfrentaron con las trabas y cuotas de inmigración incluso en aquellos países que habían aceptado acogerlos. En la Guerra de Vietnam murieron 57.685 estadounidenses y unos 153.303 fueron heridos. En el momento del acuerdo del alto el fuego había 587 prisioneros de guerra entre militares y civiles (quienes fueron posteriormente liberados). Una estimación actualizada no oficial calcula que todavía quedan 2.500 desaparecidos.

INVASIONES INGLESAS

Ante la victoria de Popham, Inglaterra decide enviar 2 expediciones militares: una como refuerzo al Río de la Plata y otra para que desembarque en Valparaíso e iniciar la conquista en Chile.

En enero de 1807desembarcan en el Río de la Plata 12.000 soldados trasportados en 110 barcos a las ordenes de Whitelocke. Estas tropas sitiaron Montevideo. Liniers envió refuerzos pero debió retirarse.

Los ingleses tomaron Colonia y desde allí enviaron 8000 soldados para Bs. As y desembarcaron en Enselada.

Fueron recibidos por Liniers pero la inexperiencia de la tropa logró su desbande.

El general ingles acampó esperando refuerzos; error aprovechado por Martín Alzaga quien puso a la ciudad en pie de guerra-

El 5 de julio Whitelocke avanza sobre la ciudad y pide su rendición, pero hay gran resistencia, los ingleses pierden la mitad de la tropa y Whitelocke decide iniciar negociaciones de capitulación. Este echo le costo al general ingles un consejo de guerra, la baja y la declaración de indigno para usar el uniforme militar.

Pero tiempo después una expedición inglesa de 90.000 hombres al mando de Wellerington se preparaba para arribar a Bs. As al ser España invadida por Napoleón.

Consecuencias:

Orgullo de la poblacion
Formación de ejércitos milicianos
Importancia del cabildo
Graves crisis económica.
Invasiones Napoleónicas a España

España se hallaba en las manos de Manuel Godoy apollado por la familia real. Napoleón pensó quitar el trono a los borbones entregarle a su hermano y anexar a España a su imperio.

Pero allá debía invadir Portugal y pide permiso a España prometiéndole la corona de Algarbe. En 1807 tropas al mando de Jumat se apodera de Portugal que fue abandonado por la familia real portuguesa que se refugio en Brasil.

Tomado Portugal las tropas portuguesas siguieron ingresando en territorio español. El pueblo Español veía el sometimiento de España y Francia.

Alrededor de Fernando VII príncipe Español contrario a Manuel Godoy sé forma un partido antifrances. En marzo de 1808 estando en la corte en el palacio de aranjuez el pueblo pensando que la familia real era obligada a viajar a América, se levanto en un motín donde Godoy salió herido y ultrajado. El rey Carlos IV tuvo que destituirlo, abdicar a favor de su hijo Fernando VII.

Entrega de Bayona:

Napoleón obligo a Carlos IV a reasumir la corona. Como Fernando no acepto España tenia 2 reyes. Ambos monarcas piden a Napoleón que actué como arbitro este que había obtenido la corona de Carlos, le pide que a Fernando que le devuelva la corona a su padre. Napoleón entrega la corona a su hermano José. Este echo es conocido como la farsa de Bayona.

El 2 de mayo 1808 el pueblo español ataca a las tropas francesas comienza la guerra de independencia y se suceden batallones como: Bailen, Portugal donde Wellington obliga a Napoleón a retirarse y a abandonar Madrid

Durante la donación francesa el pueblo español formo una junta central con sede en Sevilla y juntas populares

De esta manera el pueblo español puso en practica el principio de Roussean que decía que en ausencia del rey el pueblo retomaba su soberanía.

La junta central duro hasta 1810 donde se disolvió y paso el poder al consejo de regencia.

Virreinato de Liniers 1807-0809

Fue confirmado por Carlos IV para congraciarse con Napoleón y por seguridad ante una tercera invasión Inglesa.

La mayoría de las dificultades que tuvo fue enfrentar al acalde de Bs. As Martín de Alzaga y el gobernador de Montevideo Javier De Elio.

La actitud de Liniers le ocasionaron la enemistad de estos hombres: el aplazamiento de la lealtad a Fernando VII y el recibimiento es su domicilio del Márquez Francés Saaenay que era enviado por Napoleón

Elio desconoce a Liniers y el cabildo abierto realizado en Montevideo formaron una junta de gobierno al estilo español

La separación de Montevideo dividió las opiniones en Bs. As la audiencia, en cambio, el cabildo y los españoles residentes proyectaron una igual en Bs. As

Asonada del 1 de enero de 1809

Los complotadores al frente de Alzaga y con la ayuda de las tropas Españolas pensaron destruir a Liniers aprovechando que ese día, que normalmente se efectuaba la renovación parcial del cabildo

Pensaron que iban a ser rechazados, lo acaudillados un levantamiento frente a la plaza.

Sin motivo claro igual comenzó una revuelta se pidió la cesación del virrey y la formación integrada por 2 españoles y 2 criollos (Liva y Moreno)

Militantes criollos y notables como Saavedra, Terrada y Viamonte no permitieron la renuncia del virrey, apresando a los cabecillas y enviándolos a San Antonio de Areco.

Diplomacia de Portugal en el Río de la Plata

El clima político en el río de la plata tan convulsionado dio la oportunidad a los reyes Juan Y Carlota la posibilidad de extender sus dominios al Río de la Plata .

Para el proyecto del imperio americano trabajo Cautiño quien contaba con el apoyo de Inglaterra. En 1808 este ministro envía una nota al cabildo ofreciéndoles protección al Río de la Plata y en caso de no aceptar les recordaba que Portugal contaba con el apoyo naval Británico.

Reconociendo el error envía al Brigadier Curado solicitando entablar relaciones políticas y comerciales y como garantía la permanencia de tropas portuguesas en algunos puntos del virreinato.

Todo estos planes quedaron sin efectos al quedar España y Portugal unidas en la desgracia: Napoleón

Segura de la prisión de su hermano Joaquina envía un manifiesto que de acuerdo con las leyes Españolas tenia derecho al trono

En Bs. As hombres como Alzaga, Belgrano, Castelli, Pueyredon creyeron en el manifiesto y trataron de traer a Carlota al virreinato.

El grupo de Saturino y Rodríguez Peña vio estos problemas en Joaquina la posibilidad de independizarse de España.

Levantamiento del alto Perú

En el Alto Perú la idea de Carlotismo fue propagada por Goyeneche y encontró aceptación en los gobernadores y el obispo de Charcas Y la Paz.

En Charcas los criollos como Arenales y Monteagudo acusaron al gobernador García Pizarro y el obispo de Traición a Fernando VII.

El 25 de mayo de 1809 se forma una junta presidida por Arenales.

En la Paz los criollos Murillo e Indamutu encabezaron una junta protectora integrada por criollos.

A Bascal Virrey del Perú aplasta la revolución y termino con su cabecillas.

Virreinato de Cisneros julio de 1810

Se lo nombra en reemplazo de Liniers a quien se le da el titulo de conde de Bs. As y una renta vitalicia.

Cisneros para congraciarse con los españoles levanto el destierro de Alzaga y para quedar bien con los criollos ayudo a Belgrano para la publicación del correo del comercio y reuniones de los patriotas con ideas opositoras.

Cisneros debió enfrentarse a graves problemas financieros

La entrada de barcos Ingleses a Brasil determino que un grupo de hacienderos encargaron a Manuel Belgrano un documento de representación donde se defendieran los derechos de libre comercio.

Como consecuencia se habré un clima económico estable

Revolución de mayo

Corriente de ideas formadas:

Semana de mayo

Legalistas: las cosas debían continuar como estaban ya que eran colonia de España. Opinión ultra conservadora. Los contrarios la llamaban traidores por no aceptar la ocupación extranjera.
Juntista: Españoles y Criollos siendo el grupo más numeroso: sostenían la formación de juntas locales que debían de gobernar en nombre de Fernando VII.
Independientes: Deseaban, al estilo norteamericano, separarse de la metrópoli.
Actuaban clandestinamente liderados por el grupo de los 7 reunidos en la jabonaría de vieytes o en la casa de R. Peña
Noticias del avance Francés y la disolución de la junta central de Sevilla Sumió en el Río de la Plata un gran desconcierto.

Viernes 18/5: Bando publicado por Cisneros restándole importancia a los acontecimientos.

Sábado 19/5: se reúnen los criollos con M. Rodríguez y R. Peña y le solicitan al virrey la convocatoria a un cabildo abierto.

Domingo 20/5: se reúne Castelli, Belgrano y Saavedra para entrevistar a Lezoca (alcalde) y Leiva (síndico) para la convocatoria. Cisneros se resiste primero, pero luego entrevistado por Castelli y M. Rodríguez fijaron la reunión para el 22/5

Lunes 21/5: se reparten 450 invitaciones entre autoridades, jefes, militares, religiosos, profesionales, comerciantes y vecinos mas caracterizados

Martes 22/5: solo asisten 250invitados y dan su opinión. Obispo Lue: seguir sin cambios. Castelli desaparecido el gobierno español los pueblos americanos debían regir sus propios destinos Villota: Debía de conocerse todas las opiniones de los pueblos americanos. Pascual Ruiz Nuidobro el cabildo debía asumir el poder. Juan y Paso: Bs. As como hermana mayor debía asumir el poder y luego consultar a las demás territorios.

Miércoles 23/5 continuo la reunión en el cabildo y al final de la tarde se concluyo que

caducara la autoridad del virrey
delegar el poder provisional al cabildo
encargar al cabildo la formación de una junta.
De esta manera el cabildo abierto del 22 fue la revolución legal que puso fin a la dominación Española.

Jueves24/5el sindico Leiva formo la siguiente junta: presidente Cisneros, vocales: Saavedra (militar), Sola (eclesiástico),Castelli (abogado) Inchaurregui (comerciante).Saavedra y Castelli reconocieron el descontento general y pidieron la renuncia de Cisneros

frente al descontento popular se forma una nueva junta

Presidente Saavedra, secretario Paso y Moreno, vocales castelli Belgrano, Azcuenaga, Alberti, Matheur y Larrea.

Características de la revolución

Fue popular pero no masiva por que la mayoría estuvo ajena a los acontecimientos.
Se hizo por fidelidad al monarca español
Se hizo por lealtad a la patria
Solo unos pocos revolucionarios pretendían la independencia
Primeras reglamentaciones de la Junta

Se dicta el reglamento que determina deberes y atribuciones.
El 27/05 se dicta una circular para las poblaciones del interior comunicando al nuevo gobierno y solicitando el envío de diputados elegidos por elegido por el voto popular, que se incorporarían a la junta a medida de que fueran llegando. Además se comprometían al envío de tropas para asegurar el triunfo.
El 29/05 se produce el reordenamiento militar y Belgrano y otros oficiales se encargan de formar nuevos regimientos.
La junta no forma un conjunto homogéneo y a pesar de resolver los problemas exitosamente no pudo salvar la brecha entre Saavedra y Moreno. Esta problema se traslado al pueblo.

Ante la negativa de los funcionarios españoles de jurar fidelidad al la junta, el 26/06 fueron tomados prisioneros y fueron desterrados.

Expedición liberadoras

Córdoba, apoya a Cisneros. Liniers toma a cargo las fuerzas y el Deán Fuenes pide que apoye a Bs. As.

Bs. As envía a Ortiz de Ocampo y a Balcarce hacia Córdoba con orden de Moreno de reprimirlos y fusilar a los cabecillas.

Los españoles retrocedieron ante las fuerzas de liberación y huyeron hacia el Alto Perú. Los cabecillas fueron tomados presos se los envió a Bs. As y no se los fusilo por considerarlos excesivas las medidas. Moreno envía a Castelli que encuentre a los prisioneros en Cabeza de Tigre y los fusilara sin juicio. La expedición siguió al Alto Perú al mando de Balcarce.

El virrey Abascal de Perú envió fuerzas al mando de Goyeneche y se enfrentaron en Catagaita (pierden los patriotas) y deben de replegarse.

Castelli recibe el apoyo de los gauchos de Guemes y se enfrentan con los realistas en Sui Pacha venciéndolos. Se adhieren a los patriotas en Potosí y Charcas. Castelli, siguiendo indicaciones de Moreno, entró en Potosí, fusilo y saqueo, medidas que no fueron bien vistas por las poblaciones. Castelli se instalo en Potosí por 2 meses lo que le provoco insubordinaciones y fraccionamientos en la tropa.

Derrota de Huaqui

Se firma un armisticio por 40 días y Castelli no lo cumple atacando a Goyeneche, pero este enterado lo ataca por sorpresa. El ejercito del Norte se disperso. Entre los dispersos, Pueyrredón con un puñado de soldados se los llevo a Jujuy una cantidad considerable de plata. Enterado el pueblo salió a la búsqueda de Pueyrredon logró llegar a Salta protegido por Guemes.

El desastre de Huaqui dio a los realistas la confianza de poder llegar a territorio patriota fácilmente. La necesidad de contar con tropas hizo que la junta levantara el sitio de Montevideo dejando a Artigas sin Protección

Expedición al Paraguay

Bernardo de Velazco desconoció la autoridad de la junta de Bs. Así juro fidelidad al consejo de regencia de Cáliz

Moreno ordeno a Belgrano al que le dio el grado de General que reclutara tropas y se dirigiera a Asunción para derrocarlo.

El cuerpo se formo en San Nicolás y a fines de 1810 mal pertrechado se dirigió al Paraguay. Belgrano en una marcha lenta para desorientar a los paraguayos cruzó la Pcia. de entre Río y Corrientes y fundo los pueblos de Mandisoví y Curuzú Cuantía. El 19/12/1810 llegó a candelaria, cruzó el río y llego al Paraguay. El gobernador Paraguayo esperó a los porteños con 8000 soldados a orillas del Río Paraguay. Belgrano con 600 hombres les hizo frente y luego de demostraciones de valentía se replegó a Tacuarí en espera de refuerzos.

El 9/03/1811 llegan los refuerzos para Paraguay atacan a Belgrano en tacuarí. Este se defiende heroicamente pero debe capitularse en el cerro de los Porteños.

Belgrano incito a los paraguayos a formar su propio gobierno y tres meses después depusieron al gobierno. Velazco forma una junta de gobierno parecida a la de Bs. As. Belgrano vuelve a Asunción y firma un tratado de Paz y amistad donde las juntas de Bs. As y Asunción se comprometían a enviar representante a una congreso que estableciera una federación con los integrantes de ex virreinato. Esto no pudo hacerse ya que los vocales de Asunción, Gaspar Rodríguez de Francia se impuso como dictador por mas de 20 años.

Unos de los principales problemas del gobierno porteño era la falta de una flota para enfrentar a los buques de guerra españoles.

Esta tarea fue encargada a F. Gurruchaga que compro 3 barcos pequeños: 25 de Mayo, Invencible y América. En su Primera misión fue llevar 600 hombres a Belgrano misión no cumplida por que fueron apresados en San Nicolás e incorporados a la flota española. Tres años mas tarde la flota se reorganiza al mando del Almirante Brow

Otro de los problemas de la junta fue Montevideo

Allí llegaron dos bandos a la vez: el enviado por la junta para su reconocimiento y el enviado por Cisneros para desconocerla. El Cabildo Abierto en Uruguay, en principio reconoció a la junta pero luego de enterarse de la formación del consejo de regencia, decidió esperar ordenes de España

Fue enviado el secretario Paso pero fue tratado con desconsideración, a principios de 1811 llega a Montevideo Javier de Elío gobernador designado por el consejo de regencia y declara la ciudad capital del virreinato. Al ser rechazada por Bs. As esta se declara ciudad rebelde

Decreta el bloqueo del puerto y la cañonea 2 veces. La campaña Uruguaya estaba a favor de la Junta de Bs. As. Se juntaron gauchos y estanciero a orillas del río Asensio y resolvieron reconocer la junta de Bs. As (grito de Asensio)

Los rebeldes Uruguayos reconocieron como líder a Artigas jefe de los orientales. Contó con la ayuda de Venancio Benavides, José Vieira y José Rondeau (coronel de dragones). La junta ordenó a Belgrano que con sus tropas pase al Uruguay. Artigas el 18/05/1811 se enfrenta a los tropas españolas en el combate de las Piedras obteniendo una victorioso triunfo.

Elío viendo su fragilidad pidió ayuda a los portugueses que al mando de Diego de Souza, cruzaron la frontera el 17/07/1811.

Con la amenaza de la llegada de Goyeneche por el norte, la junta decidió confiar el ejecutivo a un triumirato al mando de Rivadavia. Este nuevo gobierno decidió llegar a una acuerdo con los realistas en Montevideo. Para defender el territorio argentino. Julián Pérez firmó con Elío un armistia por el cual se reconocía la soberanía de Fernando VII y la autoridad de dicho gobernador. Esto fue un grave error del triumirato ya que prolongó por varios años la permanencia de los españoles en el Río de la Plata y origino la enemistad de Artigas.

En cumplimiento del tratado las tropas que estaban en Montevideo se retiraron, y decidieron volver a Bs. As Artigas y sus hombres en la que se conoce como Éxodo oriental ese establecieron a orillas del arroyo Ryuí cerca de concordia,

Acción cultural de la junta: Creación de escuelas, biblioteca publica y organización y publicación de un periódico llamado "La Gazeta".

Labor cultural de la junta.

La junta necesitaba el apoyo de países extranjeros como Inglaterra para reconocieran su existencia.

Para Inglaterra la situación era difícil ya que era amiga de España como aliada contra Francia pero necesitaba de los países americanos por ser mercados nada despreciables

La embajada Británica en Río de Janeiro estaba a cargo de Lord Strangford quien recibió a Martín Irigoyen, representante de la Junta.

Revoluciones americanas:

México: en septiembre de 1810 el cura Hidalgo con militares criollos e indios lanzó el grito de Dolores declarándose rebeldes contra las autoridades españolas. Fue derrotado y fusilado pero su movimiento fue seguido por el cura Marelos que en 1813 declara la independencia de México.

Colombia: en junio de 1810 un cabildo abierto reunido en Bogota proclamo la destitución del virrey Amar y Borbón y formaron una junta provisoria presidida por Camilo Torres. También allí se perfilaron 2 bandos: unitarios y federales y tras vencer los unitarios proclamaron la independencia en 1813

Venezuela: fue capitanía general y tuvo en Facundo Miranda el primer precursor de la independencia. Su idea de liberación comienza en 1770 y se ofreció como en los ejércitos de la revolución Francesa.

En 1806 desembarcaron en Venezuela pero es vencido. En 1810 se reúne en Caracas un cabildo abierto que destituye al capitán general Vicente Emparán y establece una junta Patriota. En junio de 1811se declara la independencia, pero comienzan los problemas entre Miranda y Simón Bolívar. Esta separación fue fatal por que tanto como Bolívar y Miranda fueron derrotados 1812.

Ecuador: un grupo de patriotas encabezados por el Márquez de Selva Alegre instalo una junta popular, pero falto organización y apoyo militar fueron disueltos.

Chile: En Santiago se establece una junta patriótica en 1810con la presidencia de Tora Zambrano que convoco a un congreso general donde por propuestas de carreras en 1811 se declara la independencia.

Sin embargo estalla la guerra civil enfrentándose Carreras contra O Higgins. Esta división favoreció a los Españoles

Esta división favoreció a los españoles que derrotaron a los chilenos en la batalla de Rancagua.

Bolivia: Llamada Alto Perú era parte del Virreinato del Río de la Plata.

En 1809 al audiencia de Charcas declaró que la Provincia no obedecería a la junta central de España y forma una junta tuitiva y protectora de los derechos del rey encabezados por Pedro Murillo. Tanto Cisneros de Bs. As como Abascal de Perú enviaron tropas para acabar con la junta y sus integrantes.

Junta grande:

El pueblo de Tirantez entre los miembros de la junta se dio por la llegada de los diputados del interior- A Fines de diciembre de 1810. había diputados no incorporados a la junta. Encabezados por el Deán Fuens solicitaron su incorporación. Sometiendo a votación se decreto su ingreso a la junta. Viéndose desautorizado Moreno renuncio

Solicito el cargo de representante en Inglaterra. En el viaje a Inglaterra falleció y su labor diplomática fue continuada por su hermano Manuel.